Si hay alguien apasionado del mundo de las motos, ése es Bruce Springsteen, el gran «Jefe» del rock’n’roll mundial (y del que me confieso seguidor impenitente desde hace más de 20 años).  Un tipo al que las motos y los coches le encantan y han estado presentes en muchas de sus creaciones musicales.

De hecho es más que conocida su pasión por las motos, en concreto las Harley-Davidson, hasta el punto de que fue la estrella invitada en el Harley Fest, que se celebró en Milwaukee hace ahora dos años donde, como no podía ser de otra forma, interpretó «Born to be wild», el clásico de Steppenwolf y considerada como una de los «himnos moteros» por excelencia.

Sin embargo no es fácil encontrarle a lomos de una moto. De ahí que la foto de hoy, aparte de que me gusta mucho, tenga más valor.

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