Desde luego que hay marcas -y lugares- para los que lo de la crisis que azota al planeta no son más que ecos lejanos o pequeños apuntes que salen en las noticias de los informativos. Al menos eso deben pensar tanto los directivos de la lujosa Rolls-Royce como los jeques árabes, que si de algún problema adolecen, ése no es el económico.
Por ese motivo, el fabricante británico no ha encontrado mejor «caldo de cultivo» que un Emirato árabe como es Abu Dhabi para abrir el mayor y más lujoso concesionario del mundo, en concreto en la zona de Umm Al Nar.
Las flamantes -y lujosísimas-instalaciones fueron presentadas por Torsten Müller-Ötvös, Consejero Delegado de Rolls-Royce Motor Cars y desde luego, no dejan indiferentes a nadie. Cuenta con una sala de exposiciones de 900 metros cuadrados, que ofrece espacio más que suficiente para exhibir sin apreturas y con todo detalle al menos cinco coches de la marca. Además tiene una lujosa cafetería así como una sala específica para sus clientes, llamada Sala de Configuración para Clientes, donde los futuros compradores podrán decidir todo aquello relativo a la personalización de su nuevo «juguete», incluyendo las muestras de color y corte.
Como comprenderéis, la elección de esta zona del globo para el inicio de esta nueva forma de «venta del lujo» no es en absoluto casual. El propio Torsten Müller-Ötvös, en el momento de la inauguración, hizo hincapié en que estas inversiones destacan la continua confianza que Rolls-Royce genera en todo el Oriente Medio. No en vano Oriente Medio sigue siendo un motor importante en el crecimiento global de Rolls-Royce ya que sólo el año pasado las ventas procedentes de esta región aportaron más del 15% de las ventas globales de la marca.
Por último, decir que se aprovechó la ocasión para la presentación de una edición limitada y exclusiva del Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé, llamada Spirit of Ecstasy Centenary Collection. Se trata de una colección de tan solo 100 unidades, construida para conmemorar el Centenario del mítico Rolls-Royce Spirit of Ectassy, que fue el primer coche del fabricante británico que montó la estatuilla del capó más famosa y característica de Rolls-Royce.
