Se esperaban con expectación los primeros resultados de Honda para el primer trimestre del año, ya que había mucha incertidumbre a la hora de establecer hasta dónde podría llegar en la cuenta de resultados del gigante japónes el impacto de los daños que el devastador seísmo y el posterior tsunami sufrido en el país nipón el pasado11 de marzo de 2011, así como los efectos desfavorables de divisas debido a la apreciación del yen japonés.
Pues bien, los ingresos de explotación consolidados para el cuarto trimestre fiscal (1 de enero de 2011 al 31 de marzo 2011) fue de 46.200 millones de yenes (unos 381.000 millones de euros).
Asimismo, el ingreso neto fue de 534 millones de yenes (cerca de 4 millones y medio de euros), cn lo que casi se duplicó con respecto al año fiscal anterior. Esto ha sido debido principalmente a la expansión de las empresas de automóviles y motocicletas en los mercados emergentes así como la contribución de las empresas financieras en América del Norte.
La utilidad de operación consolidada, los ingresos antes de impuestos sobre la renta y la equidad en los ingresos de las filiales para el año fiscal 2011 (1 de abril de 2010 hasta el 31 de marzo 2011) se incrementó considerablemente en comparación con el año fiscal anterior, debido principalmente al aumento de las ventas unitarias en los ramos de motocicleta, automóvil y las empresas de productos de alimentación. También parece dar sus frutos la política de reducción de costos, por lo que parece que ha quedado diluido, al menos en parte el efecto del terrible terremoto japonés.
No obstante, y dado que el gobierno japonés y múltiples organizaciones internacionales han evaluado en al menos 10 años el plazo para la reconstrucción, no parece previsible que estos resultados de Honda se puedan repetir, o al menos consolidar, de cara a un futuro más o menos próximo. De ahí que consideremos demasiado triunfalistas estos resultados anunciados por la multinacional nipona. Esperemos a los siguiente trimestre porque ahí podremos empezar a evaluar el impacto real que esta devastadora catástrofe ha de reflejarse en una economía en recesión como la japonesa.