Trepidante la carrera de hoy, especialmente en el tramo inicial y en su segundo tercio, donde merced a unas condiciones climáticas bastante malas, pudimos asistir a una serie de duelos personales.
Sin embargo, la carrera vino decidida finalmente no sólo por la magistral clase de conducción (y, por qué no, de oportunismo) ofrecida por Jenson Button sino por un par de decisiones tácticas que privaron a Lewis Hamilton de una merecida victoria y a Mark Webber de un posible pódium.
Un error de cálculo en los boxes de McLaren y Red Bull a la hora de seleccionar un neumático adecuado para afrontar el último tercio de carrera, justo en el momento que empezó a llover de forma considerable, les llevó a optar por neumáticos de lluvia intermedia cuando quizás lo más lógico hubiera sido esperar un poco a ver el transcurso de los acontecimientos.
Curiosamente, tanto en McLaren como en Red Bull, así como en Ferrari, no se tomó esa misma decisión para Button, Vettel y Alonso, que optaron por compuestos lisos, en especial el británico, que ya había decidido ir a tres paradas, montando ruedas duras con anterioridad. Y estos tres fueron los que, finalmente y en ese orden, se llevaron el gato al agua, cerrando un mes de julio en el que los Red Bull han mostrado una cierta debilidad y se han mostrado mucho más vulnerables.
Análisis de la carrera
La carrera, como decimos, empezó bajo la lluvia, con todos los coches montando neumáticos de lluvia intermedia. Sin embargo, el aguacero que estaba regando el asfalto de Hungaroring no fue óbice para presenciar una salida muy disputada, así como unas primeras vueltas sencillamente de infarto.
Lejos de mostrar debilidad, la salida fue a cara de perro y ninguno de los favoritos se arredró a la hora de defender su posición, empezando por el poleman, Sebastian Vettel y el segundo, Lewis Hamilton. Inmediatamente por detrás, los Ferrari no podían con Button e incluso un renacido Michael Schumacher lograba «comerle la merienda» al asturiano, que caía a la sexta posición.
El asfalto, aun cuando la lluvia no era torrencial, era una pista de patinaje en la que los coches nos dejaron unas preciosas imágenes, con continuas derrapadas y «latigazos» constantes…y más de un susto, como el que se llevó Alonso en el momento de adelantar a Schumacher, cuando el Mercedes del alemán derrapaba justo cuando era rebasado por el Ferrari del español y a punto estuvo de llevárselo por delante.

Aun así, nada comparable al espectáculo que Lewis Hamilton y Sebastian Vettel estaban protagonizando en las primeras vueltas, con el británico asediando sin piedad al líder que, a duras penas sí podía contener las acometidas del piloto de McLaren. Con el estado de la pista sólo era cuestión de tiempo saber quién cometería un error y éste vino en la vuelta 5 por cuenta de Vettel. El campeón del mundo hacían un recto en la curva 2, cediendo su privilegiada posición a Hamilton. Este «regalo» fue aprovechado por el inglés, que, acto seguido, ponía tierra de por medio con el resto.
Por detrás las cosas no estaban mucho mejor, con Alonso y Rosberg protagonizando un espectáculo similar, aunque en este caso era el español el que probaba el frescor de la hierba, cuando en la vuelta 7 se salía en la chicane. Aún así, su ritmo de carrera era superior al del joven piloto de Mercedes y apenas dos vueltas después lograba sobrepasarlo en una gran apurada de frenada a la salida de la recta principal.
Como la lluvia había cesado, pese a que la pista continuaba ciertamente húmeda, empezó el baile en boxes y los más osados, Massa y Webber abrían la veda cambiando sus neumáticos de lluvia por los slicks super blandos y empiezan a verse los primeros resultados. Webber, que venía por detrás tras una pésima salida, comienza a remontar, deshaciéndose primero de Rosberg y poco más tarde de Fernando Alonso, con evidentes problemas de temperatura en sus compuestos, recién montados.
Por su parte, Jenson Button daba caza a Sebastian Vettel y lo adelantaba sin demasiada dificultad, demostrando que los Red Bull no sólo seguían siendo vulnerables sino que, además, su ritmo en carrera era bastante peor que los McLaren. Y no sólo por el hecho de la aparente sencillez con la que el británico se había logrado deshacer de Vettel sino porque, para ese momento y con apenas 14 vueltas, Lewis Hamilton se encontraba ya a más de 6 segundos del alemán.
Con los dos McLaren liderando la carrera, ésta entraba en una fase de relativa «calma chicha», durante unas cuantas vueltas, sólo alterada con el incidente de Heidfeld, cuyo Lotus Renault GP se convertía en una tea al salir del pitlane, sin motivo aparente así como por el abandono de Michael Schumacher tras un trompo en un lance con Felipe Massa.
Sin embargo, tal y como ocurre en la guerra, los rivales aprovecharon para rearmarse y así, Vettel empezó a encontrar su sitio en la pista y comenzó a recortar distancias con Button. Asimismo Fernando Alonso empezó a a encontrar un buen ritmo, acercándose cada vez más a Webber.
Con todo y con eso, Hamilton y Button seguían liderando la prueba y tras su segunda parada, los dos McLaren parecían tener todo controlado, mientras que Alonso y Webber comenzaban su particular batalla. En la vuelta 37, Alonso tenía que entrar a cambiar sus ruedas pero, sorprendentemente, desde el muro de Red Bull decidían mantener en pista a Webber, cuyas ruedas ya en las últimas, lejos de permitirle distanciarse del Ferrari de Alonso, hacían aguas y, con toda la posible ventaja desvanecida, tenía que entrar apenas tres vueltas después a cambiar ruedas y el australiano perdía su cuarta posición.
Paralelamente, Vettel continuaba en tercer lugar pero, en una situación similar a la de Webber, veía cómo su distancia sobre Alonso se diluía como un azucarillo y tras apurar sus ruedas al máximo, tenía que entrar en la vuelta 43 y perdía su posición con el español, que se situaba en una inesperada tercera plaza. Sin embargo, el alemán sacó toda su raza y apenas tres vueltas después recuperaba su posición, en una apurada escalofriante a la salida de la recta de tribunas, por la parte exterior de forma inverosímil, tal vez para recordar a todos aquellos que dudaban de él, por qué lleva el número 1 en el morro de su coche.
Por su parte, minutos antes se producía un hecho que probablemente fue clave para el devenir posterior de la carrera. Jenson Button entraba a hacer su tercera (y última) parada y montaba sus neumáticos duros, con la incógnita de saber si podrían aguantar las casi 30 vueltas que restaban para el final y con la pista cada vez más seca.
El caso es que la apuesta del inglés fue perfecta porque su distancia con Hamilton, que acababa de montar de nuevo compuestos superblandos, se empezó a reducir a chorros hasta que en la vuelta 47 se producen dos hechos decisivos en carrera. Por un lado, la lluvia hizo acto de presencia de forma importante y, por otro, Hamilton sufría un trompo a la salida de una curva, que posibilitó que fuese rebasado por Button.
Lo segundo fue, quizás, lo menos relevante porque ambos pilotos, demostrando que eso de las órdenes de equipo nunca fueron con ellos, comenzaron a luchar a brazo partido por mantener su posición, con un par de tramos de infarto. Circulando en paralelo durante un buen rato y con varios adelantamientos mutuos, Hamilton recuperaba de nuevo el liderato de la prueba.

Lo realmente grave para Hamilton vino por parte de su equipo cuando, en una decisión ciertamente arriesgada y, a la postre, precipitada, era llamado a boxes para montar neumáticos de lluvia intermedia. Una decisión que consideramos precipitada porque, primero, iba liderando la prueba sin excesivos problemas y manteniendo a raya a Button; y, segundo, porque la previsión de que la lluvia se prolongase en el tiempo eran escasas (apenas 10 minutos, tal y como le habían informado por radio a Alonso, minutos antes), lo cual no habría hecho necesario montar unos neumáticos previstos para unas condiciones más adversas que las previstas.
Pero para más inri, Hamilton era sancionado por los comisarios con un drive-thru por su reincorporación a pista en el momento de su trompo. Una maniobra ciertamente arriesgada ya que el británico no esperó a que no hubiese tráfico en la pista y a punto estuvo de colisionar con algunos coches que circulaban en ese momento por ahí, especialmente con Sutil y Petrov, que tuvieron que hacer «encaje de bolillos» para no cochar contra el McLaren del inglés.
En todo caso, esto no era más que la puntilla para Hamilton que veía cómo sus opciones de triunfo, ya muy mermadas por el hecho de llevar unas ruedas inapropiadas, se desvanecían de forma irremisible, aunque no era el único. Webber entregaba en bandeja la tercera plaza a Alonso por la precipitación de Red Bull, que cometió el mismo error que McLaren.
Desde el muro de la marca austríaca llamaban a capítulo a Webber para montar neumáticos de lluvia intermedia y, tras perder tiempo a chorros con sus rivales, apenas 10 vueltas después tenía que entrar nuevamente a poner slicks. Esto alejaba definitivamente del pódium al australiano, que bastante tenía con tratar de zafarse del empuje de un enrabietado Hamilton, que encima le arrebataba la cuarta plaza.

Una vez que Vettel tenía que entrar en boxes a hacer su última parada, Button pasaba a liderar la prueba, seguido por el alemán y con Fernando Alonso en tercer lugar, la carrera entraba en su tramo final con todas las cartas echadas y sin más ganas que las de terminar cuanto antes. Button se marchaba, Vettel se dejaba llevar y Alonso, que encima daba un trompo cuando parecía intentar un difícil asalto a la segunda plaza, se conformaba con volver a subir en el cajón por cuarta vez consecutiva en apenas un mes.
Por detrás, como ya hemos comentado, Hamilton ya se había deshecho de Webber mientras que Kobayashi había montado un verdadero carrusel, entre el séptimo y el undécimo puesto, integrado por el japonés, seguido de Di Resta, Buemi, Alguersuari y Rosberg, que se saldó con un gran adelantamiento de Buemi. Pero también con un lamentable accidente del español.
Tratando de lograr un imposible, el español intentó rebasar a Kobayashi por el interior, instantes después del adelantamiento de Buemi. El japonés cerró la puerta y el morro del Toro Rosso de Jaime impactaba con la trasera del Sauber y echaba por tierra las opciones de lograr cotas más altas en Hungría, teniéndose que contentar con el décimo puesto.
Sin mucha más historia, la carrera echaba el telón con el final previsto y con alguna sorpresa entre los 10 primeros, como los meritorios puestos de Di Resta y Buemi y todos de vacaciones hasta finales de agosto.
Lo mejor y lo peor del día
Este Gran Premio lo mejor ha venido con la lluvia, que nos ha dejado imágenes interesantísimas, constantes adelantamientos y derrapadas espectaculares, especialmente en un circuito como Hungaroring donde adelantar es tan difícil. Para el recuerdo nos quedamos con el duelo inicial entre Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, con cinco vueltas no aptas para cardíacos. Por no hablar del duelo fratricida entre los dos McLaren de mitad de carrera, donde estamos seguros de que a Martin Whismark no le debió llegar la camisa al cuerpo viendo como sus dos pupilos pugnaban entre sí a muerte por el liderato de la carrera.
Pero además nos han quedado unas magistrales lecciones de conducción y estrategia por parte de Jenson Button, que supo aprovechar la oportunidad brindada por el error de Hamilton (y del propio equipo, como analizamos anteriormente). Con la sobriedad que caracteriza su pilotaje, menos efectista que el de su compañero pero igualmente eficaz, Button logró sacar petróleo en una carrera que aparentemente tenía perdida.
Además, siendo justos, debemos destacar la buena carrera de Felipe Massa que, pese a que una vez más demostró que el agua le sienta exactamente igual de mal que a los gatos, supo reaccionar y acabó en sexto lugar. Aun cuando el brasileño protagonizó un trompo que le llevó a perder parte de su alerón trasero tras impactar con las protecciones, logró remontar y sólo Webber y Hamilton, más rápidos que él, impidieron que pudiera escoltar a Fernando Alonso en su camino al pódium.

Por último, hay que reseñar la carrera de Paul Di Resta, que logró finalizar en una más que destacable séptima plaza. En todo momento en la zona de puntos supo aguantar los arreones del siempre animoso Kobayashi así como de Rosberg y Buemi y conseguir su mejor resultado hasta la fecha. Y hablando del suizo, no podemos obviar su gran carrera. Partiendo de la penúltima posición, fue remontando hasta acabar octavo, luchando hasta el último momento con el escocés de Force India y sacando hasta la última gota de jugo de su Toro Rosso.
Sobre lo peor, el de ayer fue un Gran Premio con pocas cosas negativas que poner de manifiesto. La primera, ya comentada sobre el error de previsión de McLaren y Red Bull a la hora de elegir los compuestos ante los primeros atisbos de chaparrón y que, en el caso del equipo británico les costó seguramente la carrera con Hamilton. En todo caso, no nos vamos a extender porque hemos dejado sobradamente nuestra opinión al respecto.
Aún así, estuvieron lo suficientemente listos en ambas escuderías de no utilizar las mismas estrategias con sus dos pilotos, lo que posiblemente permitió que Button y Vettel acabaran por subir al cajón. Buena idea, sin duda, la de no poner todos los huevos en el mismo cesto.
Otra cosa a reseñar, sin duda, el acuciante bajón de Lotus Renaut GP y Williams, llamados a mejores empresas pero que siguen sin levantar cabeza, pese a su espectacular inicio de temporada, en especial del fabricante francés. Petrov no encuentra su sitio, por tierra de nadie e incapaz de sacar más rendimiento de una máquina que hasta hace bien poco estaba siempre en los puntos y ahora difícilmente logra puntuar. Por su parte, es un auténtico misterio lo que le ocurrió al monoplaza de Heidfeld, convertido en una auténtica falla valenciana, instantes después de su salida de boxes en la vuelta 25.

Tras un extraño pitstop, el coche salió de boxes envuelto en una extraña nube de humo y, al poco de iniciar su incorporación en pista, empezó a arder hasta el punto de que el piloto alemán tuviese que tomar las de Villadiego, casi «con lo puesto» y de forma precipitada, dado que el coche ya estaba ardiendo por los cuatro costados.
En relación con este incidente, aparentemente sin consecuencias, es donde encontramos la segunda gran nota negativa de la carrera. En una prueba del máximo nivel como ésta no parece de recibo que los comisarios, una vez que ya habían controlado el fuego del coche de Heidfeld, decidieran remolcar sus restos hacia boxes con una pequeña grúa por el mismo sitio por el que los coches estaban reincorporándose a pista. Esto provocó, de hecho, un gran susto a Sebastian Vettel que se encontró de bruces con el grupo y casi colisiona con los comisarios, justo en el mismo momento que el campeón del mundo salía a pista tras su parada en boxes.
Muy mal la organización que no previó el traslado del coche accidentado con una grúa mayor y por otro sitio menos peligroso. Y mal también la dirección de carrera que, si vio que no podía evacuar el coche con las máximas garantías de seguridad, debió haber desplegado el Safety Car en pista, al menos hasta que el maltrecho Lotus Renault GP de Heidfeld hubiese podido ser movido sin riesgo para el resto de participantes.
Error de los comisarios o falta de atención por parte de Charlie Whiting, es lo de menos. El caso es que se puso en riesgo de forma absurda el desarrollo de la prueba …y si no, que se lo pregunten a Vettel.
Clasificación de la carrera y del Mundial
Tras los 70 giros previstos por el trazado de Hungaroring, la carrera quedó de la siguiente manera:
1º) Jenson Button (McLaren Mercedes), en 1h 46′ 42»
2º) Sebastian Vettel (Red Bull Renault), a 3,5»
3º) Fernando Alonso (Ferrari), a 19,8»
4º) Lewis Hamilton (McLaren Mercedes), a 48,3»
5º) Mark Webber (Red Bull Renault), a 49,7»
6º) Felipe Massa (Ferrari), a 1’23»
7º) Paul Di Resta (Force India Mercedes), a 1 vuelta.
8º) Sebastian Buemi (Toro Rosso Ferrari), a 1 vuelta.
9º) Nico Rosberg (Mercedes GP), a 1 vuelta.
10º) Jaime Alguersuari (Toro Rosso Ferrari), a 1 vuelta.

La clasificación del Mundial de Pilotos continúa con Sebastian Vettel muy firme en su camino a revalidar su título. Con cada vez menos carreras por disputar y pese a mostrarse más vulnerable que al principio de la temporada, el alemán sigue sin «pinchar», al menos de forma significativa. Sus 234 puntos y el hecho de haber subido al cajón en todas las carreras disputadas, le permiten al alemán mantener un colchón de 85 puntos con respecto a su compañero Mark Webber.
Lo divertido se encuentra en la lucha por el segundo puesto, que está en un pañuelo entre el australiano Webber, segundo con 149 puntos, seguido de Lewis Hamilton, con 146 puntos, mientras que Fernando Alonso y Jenson Button se mantienen al acecho con 145 y 134 puntos, respectivamente.
En lo relativo al Mundial de Constructores, Red Bull sigue líder con 383 puntos, seguido aunque de lejos por los británicos de McLaren, con 280 puntos, mientras que Ferrari continúa tercero, con 215 puntos.
La próxima carrera
El Gran Circo se marcha de vacaciones y por ese motivo no habrá carreras en las próximas tres semanas. Así, la próxima cita será ya a finales de agosto, en concreto el próximo día 28 de agosto en Bélgica, en el mítico circuito de Spa-Francorchamps. Un trazado histórico y quizás el favorito en las preferencias de la mayoría de los pilotos. Con sus casi 7 kilómetros de recorrido, los pilotos tendrán que cumplimentar 44 vueltas, en un circuito donde sus cuestas y sus exigentes curvas forman ya parte de la historia de la Fórmula 1.

Esta carrera, junto a la que se deberá disputar en Italia en septiembre, tiene la llave para el transcurso de los acontecimientos en este Mundial ya que, en caso de que Vettel siga rindiendo al menos al mismo nivel que ahora, podría cobrar una diferencia, que se nos antoja ya insalvable y que podría darle el título de forma matemática incluso para finales del mes de septiembre.
Spa es un circuito donde los pilotos tienen mucho que decir, queda saber si McLaren confirma su excelente mejoría, que le ha permitido por fin tutear a unos hasta ahora intratables Red Bull, y tanto Lewis Hamilton como Jenson Button pueden volver a ofrecernos instantes como los que nos han ofrecido en el presente Gran Premio.
De hecho, es un trazado propicio para McLaren, que ya venció aquí el pasado año en una excelente carrera de Lewis Hamilton y que supuso, curiosamente, el principio del fin de las opciones del inglés en sus opciones de cara al título y el inicio de la remontada de Fernando Alonso.