El primer Gran Premio de la temporada, disputado el pasado domingo en Qatar y que finalizó con una brillantísima victoria de Jorge Lorenzo, nos ha dejado ya el primer enfrentamiento serio entre Valentino Rossi y Ducati, su actual escudería.
El italiano nunca encontró su sitio ni en los entrenamientos ni en la carrera, en la que finalizó en una discreta décima posición, a más de medio minuto del ganador y, para más «inri», muy lejos de su compañero Nicky Hayden, sexto y casi un segundo por vuelta más rápido que él.
Por esta razón, nada más acabar la carrera un Valentino Rossi ciertamente enfadado explotó y se «despachó» contra su equipo en una rajada digna de mejor causa. Sus palabras evidenciaban, desde luego, un profundo malestar hacia su propio equipo y, de hecho, no dejaron en buen lugar a sus ingenieros.
Cuando fue preguntado acerca del por qué de su pésima carrera, el Doctor dijo abiertamente: «En Ducati no han seguido el camino que les he indicado. Yo no soy un ingeniero y no puedo resolver cada problema».
Además, Rossi se mostró ciertamente pesimista con respecto a su situación personal en el seno de Ducati. «Se nos terminó el año de margen. Ahora no quiero otro año como el de 2011. Trato de ser profesional al máximo y dar lo mejor de mí, pero cuando me sacó Barberá pensé en regresar a boxes. Si he continuado ha sido para dar a mis mecánicos indicaciones sobre la moto. Pero la verdad es que vamos despacio», afirmó tajantemente el genio de Tavullia.
Por último, Rossi tampoco dejó en buen lugar a su montura actual, de la que dijo que «es una moto inconducible y cambia poco de una pista a otra. No puedo meterla en curva y frenar, y tampoco se puede esperar que cambie todo con las nuevas gomas que traerá Bridgestone. No son defectos que puedan resolverse sólo con ajustes».
Falta saber si sus mecánicos e ingenieros se darán por aludidos y le darán al campeonísimo italiano las mejoras prometidas, al parecer desde hace ya un año o si, por el contrario, las cosas no avanzan y todo acabe mal. De hecho, ya se rumorea en el paddock con un posible adiós de Valentino Rossi a Ducati al final de esta misma temporada, para volver a Yamaha con una moto «satélite».
Lo que está claro es que algo de cierto hay en estas críticas puesto que a un tipo como Rossi no se le puede haber olvidado pilotar al nivel al que, además, él nos tiene acostumbrados y resulta ciertamente extraño verle tan atrás en cada carrera.
Por tanto, las aguas bajan, desde luego, muy revueltas en el seno del equipo italiano, de modo que o se ponen las pilas y mejoran sensiblemente o el matrimonio Rossi-Ducati se romperá indefectiblemente más pronto que tarde, pues dudamos que sus patrones puedan soportar unas críticas tan duras de su propio piloto por mucho más tiempo.
De momento, lo único que podemos hacer es esperar acontecimientos y ver qué tal se dan las cosas para Ducati en el próximo Gran Premio, a disputar en Jerez el próximo 29 de abril