Está claro que es fundamental protegerse la cabeza para montar en moto y que la seguridad es imprescindible para disfrutar de ésta. El problema viene cuando la crisis aprieta y el presupuesto no nos da para un casco integral, el más seguro. Ni siquiera para uno de esos que cubren parcialmente la cabeza. Es más, ni tan siquiera alcanza para un casco.
Y es que es una gran verdad esa de que “el hambre agudiza el ingenio”. Si no, que se lo pregunten a nuestro protagonista, empeñado en llevar su cabeza protegida aunque no de la mejor manera posible. No obstante, tenemos todas las dudas acerca de si este original modelo, que ilustra la imagen que nos ocupa, pasaría cualquier test para su posterior homologación…
Fuente: Masmoto.net