El nombre de Adrian Newey es desde hace años toda una referencia en el mundo de la Fórmula 1. Pocas personas como este reputado ingeniero británico de 53 años, especialista en aerodinámica  y actual Director Técnico del equipo Red Bull tiene el bagaje profesional más exitoso que él.  Newey es, con diferencia, una de las personas más influyentes -y laureadas- que hay actualmente en el Gran Circo desde que el mítico Patrick Head se fijase en él para su proyecto en Williams allá por el año 1990.

Desde entonces su carrera se ha visto jalonada por infinidad de títulos y victorias obtenidas a bordo de creaciones salidas de su talento. Desde que lograse llevar al campeonato del mundo a aquel imbatible Williams FW15 de Nigel Mansell hasta el victorioso Red Bull RB8 actual, más de 80 victorias en Grandes Premios y ocho títulos de fabricantes le contemplan en las tres escuderías en las que ha militado (Williams, McLaren y Red Bull, a la que llegó en 2005)

Sin embargo, a este ilustre personaje al que estamos acostumbrados a ver siempre en los muros de los distintos equipos por los que ha pasado, nunca le habíamos visto al volante de ninguna de sus creaciones. Al menos hasta la pasada semana, cuando Red Bull le dio a Newey la posibilidad de subirse a dos de sus grandes obras.

De la mano del ex-piloto David Coulthard, el veterano ingeniero británico pudo disfrutar de la magia del circuito de Silverstone a bordo de un March de 1990, su primera creación, y del Red Bull RB6 con el que Vettel se proclamó campeón del mundo en 2010 y la escudería de bebidas energéticas se alzó con su primer título de fabricantes.

El resultado de su experiencia lo podréis ver en el vídeo pero ya os decimos que no lo hizo nada mal para no haber pilotado nunca…