Un Mundial tan sumamente igualado y emocionante como el de este año no merecía mejor colofón que la carrera para la historia a la que hemos podido asistir hoy en Interlagos. Una carrera marcada por una lluvia, intensa e intermitente, que ha dado lugar a numerosos incidentes que a punto han estado de cambiar el rumbo del campeonato y que sólo se ha decidido a falta de escasas vueltas para su final. Adelantamientos, accidentes, salidas de pistas, cambios de ruedas más o menos acertados y toda la estrategia al garete han salpimentado un emocionante Gran Premio, que pasará sin duda a los anales de la historia de la Fórmula 1.
La victoria de Jenson Button, tras un memorable carrerón, no debería quedar empequeñecida por el apasionante duelo entre Fernando Alonso y Sebastian Vettel por el campeonato. Sin embargo, la cantidad de avatares y cambios repentinos de situación han dado lugar a mil y una especulaciones y cambios de situación, lo que ha hecho absolutamente demencial la carrera. Finalmente, y tras un casi dos horas de intensa emoción, todas estas circunstancias han acabado por decantar la balanza a favor del alemán.
Así pues, Vettel, tras una carrera teñida de sufrimiento y gracias a su sexto puesto, ha hecho inútil el segundo puesto del asturiano, que sube al pódium por 13ª vez esta temporada y cumple un año increíble, quizás el mejor de su carrera deportiva pero ve cómo, por apenas tres puntos, se queda una vez más a las puertas de la gloria, tras los fiascos de 2007 y 2010. El asturiano ha acabado hoy escoltado en el cajón por su compañero Felipe Massa, que ha hecho otra carrera memorable y ha cumplido con creces con su labor de gregario.
Las 71 vueltas se nos han hecho a todos interminables por muy distintos motivos. Por un lado, los que querían que se obrase el milagro y veían cómo Alonso iba subiendo posiciones y ponía el Mundial a tiro. Por otro, los que deseaban que la carrera acabase cuanto antes y que no le pasasen más cosas a Vettel y que cayese la bandera a cuadros de una vez porque el alemán, convertido ya en el tricampeón más joven de la historia, estaba caminando por el filo de la navaja mucho más de lo necesario. Al final ha habido justicia porque el alemán ha sido mejor, más regular y ha estado en campeón cuando ha tenido que estarlo pese a que hoy, como le ocurrió a Hamilton en 2008, se ha llevado el gato al agua por muy poco.
Lo que es ya inequívoco e indiscutible es que el sabor de este título, por lo igualado del campeonato y por el rendimiento excelente de Fernando Alonso, será recordado y le sabrá maravillosamente bien a Vettel porque pocas veces más tendrá que sudar lo que ha sudado este año el alemán para alzarse con el entorchado.
Análisis de la carrera
La carrera empezó con la incógnita de la lluvia, que apenas cinco minutos antes del arranque, comenzó a caer sobre el circuito de Interlagos. Aquí se planteó pues el primer interrogante. ¿Salir con intermedios directamente o con slicks? La cantidad de agua caída no era quizás la suficiente para una apuesta tan arriesgada pero, desde luego, todos los planteamientos y las estrategias iniciales podían irse al traste si la lluvia continuaba cayendo de esta manera.
Pese a todo, ninguno fue tan osado para atreverse a cambiar por intermedios a última hora y todos fueron de la partida con neumáticos lisos. Y pronto comenzó el jaleo. Button y Hamilton se marchaban pero por detrás Vettel quedaba encerrado y Webber, que salió pésimamente, lejos de ayudarle, al intentar protegerle le encerró aún más, lo que fue aprovechado de inmediato por Massa, que salía como un tiro y por Alonso que también rebasaba a ambos bólidos azules. Hulkenberg, que también salía rapidísimo lograba dar buena cuenta del australiano y colarse detrás de los dos Ferrari y los dos McLaren.
Ahí comenzaron los problemas y el primer gran susto para Vettel. El alemán, que quedó muy rezagado tras la primera curva, era embestido salvajemente por detrás por el Williams de Bruno Senna, lo que hacía trompear al Red Bull, quedando en sentido contrario a la marcha. En ese momento, Sergio Pérez, que venía también lanzado no pudo evitar la colisión y «remataba» al bólido del alemán, que quedaba último, rodeado por infinidad de trozos de fibra de carbono.
Todo parecía perdido para el alemán y el milagro de ver a Alonso campeón, un poco más cerca. Absolutamente anonadado por el impacto y con Senna y Pérez fuera, Vettel trató de reemprender la marcha mientras decía por radio a sus mecánicos que creía que el coche estaba roto. Sin embargo, el Red Bull, contra todo pronóstico y, tras los primeros chequeos iniciales, realizados sobre la telemetría del monoplaza, desvelaron que no había nada especialmente estropeado y ordenaron al alemán que fuese a por todas.
Por delante se marchaban los dos McLaren, comandados por Jenson Button y marcados muy de cerca por el Force India de Nico Hulkenberg mientras que Alonso, que trataba de seguir su estela sufrió un pequeño susto al salirse de pista, auqnue sin consecuencias. En estos momentos, Vettel rondaba la 16ª posición pero, dado que el asturiano estaba fuera de la zona de pódium, quedaba sin opciones de campeonato. En este momento, Webber, que trataba de mantener a raya al piloto español fue rebasado valientemente por Felipe Massa, que situó estratégicamente su coche para proteger a Alonso de cualquier eventualidad.
Pese a los esfuerzos de Fernando Alonso y Felipe Massa por aguantar el tirón de los de cabeza, Sebastian Vettel comenzó una meteórica remontada que, en apenas siete vueltas, le habían situado ya en la zona de puntos y relativamente cerca de los dos Ferrari. Entre tanto, mientras la lluvia arreciaba, y con apenas ocho vueltas disputadas, Romain Grosjean se despedía de la temporada tras un colosal trompazo contra las protecciones al perder el control de su Lotus. Paralelamente comenzaba el desbarajuste de estrategias. Kimi Raikkönen entró a montar intermedios mientras que por delante, Button y Hamilton luchaban a brazo partido por el liderato de la carrera.

Un par de vueltas después, Webber se atrevió a montar los intermedios y una vuelta más tarde eran Hamilton, Vettel y Alonso los que se decidieron a hacer su primer pitstop, aunque contrariamente a lo esperado, decidieron montar slicks pese a que la lluvia iba en aumento. Mientras tanto, Button y Hulkenberg se enfrascaron en un espectacular duelo, con el suelo muy mojado y con neumáticos lisos.
Por su parte Vettel tuvo que lidiar durante un par de vueltas n Nico Rosberg, al que tras una operación de acoso y derribo logró rebasar, no sin esfuerzo. Al tiempo, Mark Webber que también venía por detrás, también logró deshacerse del piloto de Mercedes, con lo que la situación de carrera, tras unos demenciales minutos, comenzaba a estabilizarse con Button y Hulkenberg por delante.
Los dos pilotos continuaban con su arriesgada estrategia de continuar con los neumáticos lisos, seguidos cada vez más cerca por Lewis Hamilton. Por detrás, las aspiraciones de Alonso se desvanecían poco a poco pues su distancia respecto al tercer lugar eran siderales (en torno a los 20 segundos) y además tenía a Vettel ya por detrás. Las aguas parecían calmarse, en el amplio sentido de la palabra, porque llegados a la vuelta 19, parecía dejar de llover, lo que era aprovechado por Nico Hulkenberg para dar buena cuenta de Jenson Button y marcharse con decisión hacia adelante. En ese instante, Hamilton y Alonso decidieron entrar a realizar una nueva parada para montar neumáticos lisos, mientras que Vettel, que en ese momento ya rodaba tercero, era llamado de inmediato al box para cambiar también sus compuestos.
Así las cosas, mientras Hulkenberg aprovechó para destacarse, la pista ya estaba atestada ya de numerosos pedazos de fibra de carbono, lo que en la vuelta 20 produjo un nuevo incidente de carrera en forma de pinchazo de Nico Rosberg, que terminó de precipitar los acontecimientos. De nuevo, los astros comenzaban a sonreír a Alonso en forma de Safety Car, desplegado para limpiar la pista, ya que la enorme distancia que le separaba de Hamilton iba a desaparecer y podía aspirar, al menos, a intentar asaltar a la cabeza de carrera.

Tras casi 10 vueltas con el Safety Car en pista, la lluvia volvió a hacer acto de presencia y cuando la carrera se relanzó comenzó una nueva carrera para todos. Pese a todo, Nico Hulkenberg, ya con ruedas nuevas, puso de inmediato tierra de por medio mientras que Kobayashi, que venía desde atrás, aprovechó un despiste de Webber, que se salió, para adelantar también a Vettel, que no tenía intención de guerrear, estando como empezaba a estar nuevamente de mojada la pista. Mientras tanto, Hamilton, que venía con mucho ritmo, lograba rebasar fácilmente a Button y se iba en pos del Force India, que seguía funcionando como un reloj suizo bajo el agua.
Quien parecía desbocado era Kobayashi. El piloto de Sauber, en su última carrera en la escudería no quería marcharse por la puerta de atrás y arriesgó de lo lindo para rebasar a Alonso, que tuvo que esperar una vuelta para recuperar la posición, mientras que Felipe Massa, que venía por detrás, aprovechó la escasez de «ardor guerrero» de Vettel para ponerse también por delante del alemán y, un par de vueltas más tarde, deshacerse también del japonés, situándose justo por detrás de Fernando Alonso a modo de escudero fiel para guardarle las espaldas.
No sabemos si por escasez de ritmo o porque estaba muy conservador, pero el caso es que poco a poco fue perdiendo de vista a Kobayashi, sabedor seguramente de que Alonso no podía dar caza a Button, cada vez más lejos del español. Sin embargo, llegados a la vuelta 48 la vuelta empezó a caer nuevamente y Hamilton, que venía encendido como una tea aprovechó un trompo de Hulkenberg para rebasarle.
Aquí llegó de nuevo el dilema. Con todo a favor para el alemán, cabía la opción de decidirse por neumáticos intermedios, como hizo Rosberg o como hizo Vettel cuando, en la vuelta 53 se decidió por slicks. La pista estaba en un estado lo suficientemente peligroso para optar por una estrategia más conservadora como el piloto de Mercedes o por una más arriesgada dado que la lluvia, pese a que era intensa, no era quizás tan fuerte como se esperaba.
El caso es que, cuando peor lo tenía Alonso, en la vuelta 55 se produjo el instante decisivo y que dotó de más dramatismo aún si cabe a la carrera. Cuando llegaban a la primera curva, Hamilton y Hulkenberg se emparejaron pero el alemán de Force India se encontró de bruces con un Caterham, lo que obligó a cerrar bruscamente su trayectoria, tocándose de forma violenta con el McLaren.
El impacto fue brutal, hasta el punto que el Force India casi volcó pero, desgraciadamente para Hamilton, su coche quedaba dañado gravemente al partir el eje delantero y se despedía de su última carrera en McLaren de la peor forma posible. Por su parte, el Force India, como le pasó a Vettel en la primera vuelta, pudo reemprender la marcha y aunque fue superado por Button, la enorme distancia que llevaba con respecto a Alonso, le permitió continuar en tercera posición, no sin antes ser sancionado con un drive-thru por la arriesgada maniobra que, para nuestra opinión fue algo más que excesivo, habida cuenta además de cómo estaba la pista.
Al mismo tiempo, la lluvia volvió a arreciar, lo que obligó a Vettel a cambiar sus ruedas por unas intermedias en un pitstop tan improvisado que incluso obligó a Vettel a esperar a que los mecánicos sacasen los neumáticos de los calentadores, mientras que Alonso que permanecía en pista aún con sus neumáticos lisos. Esto fue providencial para el alemán porque el asturiano perdió ritmo rápidamente y, tras un pequeño susto, tuvo que entrar apenas una vuelta después a cambiar sus compuestos. Toda vez que Hulkenberg entraba a realizar su penalización, caía hasta la quinta plaza mientras que la segunda plaza era ocupada por un sorprendente Felipe Massa, con Fernando Alonso tercero, a seis segundos de su compañero.
Así las cosas, el Mundial se le empezaba a complicar a Vettel, que parecía estar pagando ahora las consecuencias de su conservadurismo porque, de repente, se encontró en novena posición y a casi siete segundos de la octava plaza. Toda vez que la primera posición era imposible y que, como era lógico, Massa iba a dejarse rebasar (como así fue) por Alonso, el Mundial empezó a echar humo y las cuentas dejaron de salirle al alemán puesto que, aunque el Mundial seguía siendo suyo, la diferencia con el asturiano se había reducido apenas a un punto. Por eso, Vettel se fue como un poseso a por Michael Schumacher, al que logró recortar su distancia y, a falta de siete vueltas, adelantar fácilmente, lo que le situó en una posición más o menos cómoda para lograr, aunque por poco, el campeonato.
No obstante, la emoción continuó prácticamente hasta el final ya que un simple error o avería de Button -que se había marchado ya irremisiblemente de los dos Ferrari– o del propio Vettel, habrían servido el título en bandeja a Alonso. Con Vettel en sexto lugar y a casi 15 segundos del quinto, habría dejado sin tiempo material al alemán de haber llegado hasta la cuarta plaza necesaria para salvar el campeonato ante un hipotético triunfo de Alonso. Ni siquiera Webber, que rodaba en cuarto lugar, hubiese podido evitar el desastre aunque se hubiese parado para cederle su puesto a su compañero.
Tras seis vueltas de infarto en la que ya no quedaban uñas que comer en ninguno de los boxes, el final quedó empañado por un accidente estúpido de Paul Di Resta, que estrellaba su Force India contra el muro, lo que obligó a salir nuevamente al Safety Car que, a falta de una vuelta para acabar, dejó las cosas como estaban. Jenson Button recibió el banderazo a cuadros, adjudicándose un merecidísimo y sensacional triunfo mientras que las emociones se desataban en el muro de Red Bul. Con Alonso en segundo lugar, al cruzar Sebastian Vettel la línea de meta el alemán, por fin, era nuevo campeón del mundo; el tricampeón más joven de la historia.
A partir de ese momento, toda la tensión acumulada estalló. Mientras que Massa lloraba como un niño y Alonso era la viva imagen de la desolación, Sebastian Vettel corría como un poseso por el pitlane abrazándose a todos sus mecánicos e ingenieros. Y es que pocas veces veremos un campeonato no sólo tan igualado sino en el que cualquiera de los dos aspirantes hubiese sido justísimo campeón.

Lo mejor y lo peor del día
Sin duda, y como en Austin, lo mejor del día ha sido la propia carrera. Pocas veces viviremos una carrera con tantas alternativas, con tanta emoción y en la que un título haya estado tan cerca de cambiar de dueño. Una carrera para la que no han valido estrategias ni interpretaciones. Ni siquiera las telemetrías. Sólo las mecánicas y las manos de los pilotos.
Unas manos que han permitido revelar que Nico Hulkenberg puede ser una apuesta interesante de futuro y que, a poco que Sauber le dote de un coche mínimamente competitivo, podría ser un interesante animador del próximo campeonato. Gran carrera la del alemán, que ha batido hoy a todos los favoritos, en todos los terrenos y bajo todas las condiciones posibles. Lástima de su incidente con Hamilton, porque hoy habría estado en la lucha por la victoria. Hoy se ha doctorado cum laude en un circuito en el que ya dejó patente su clase hace dos años, logrando una sorprendente pole cuando todavía corría con Williams, aunque en unas condiciones totalmente diferentes.
Muy bien Alonso porque nunca dio el título por perdido, aunque no es menos cierto que hubo circunstancias que le beneficiaron sensiblemente hoy. Se vio beneficiado por la entrada del primer Safety Car porque le permitió acercarse al tercer puesto cuando peor lo tenía. Y por supuesto, que se vio beneficiado por el abandono de Hamilton y el paripé de Massa. Sin embargo, ni cuando peor estaban las cosas dejó de luchar y jamás entregó la cuchara, obligando a Vettel a entregar el 120% durante toda la carrera.
Pero también hay que destacar la carrera de Vettel. Supo sobreponerse al tremendo inconveniente que le supuso el accidente con Senna y Pérez que, por bien poco, estuvo a punto de dejarle fuera de carrera. Reaccionó de forma valiente y decidida y, como en Abu Dhabi, dio buena cuenta de sus rivales hasta revertir una situación claramente desfavorable para él en apenas siete vueltas. Además, para colmo de males, el alemán perdió la radio. Por eso, y como el propio Vettel confesó más adelante, lo pasó francamente mal porque durante un buen rato estuvo prácticamente a ciegas, sin noticias de Alonso. Por no hablar del paripé del pitstop en el que perdió un tiempo precioso esperando a que sus mecánicos sacasen las ruedas de lluvia de las fundas y se las montasen de forma bastante atolondrada.
Aun así, supo tener la sangre fría para no arriesgar más de lo necesario, aunque ese excesivo conservadurismo le mantuvo caminando en el filo de la navaja durante el trecho final de la carrera. Y qué decir de su montura. La dureza del Red Bull RB8 ha quedado de manifiesto porque, pese al enorme mamporro recibido, siguió funcionando pese a que el propio Vettel dijo por radio que creía que el coche estaba roto. Impagables las imágenes del maestro Adrian Newey, tratando de analizar los daños sufridos en el monoplaza sobre una foto tomada de los bajos del maltrecho monoplaza.

Por último, hay que destacar dos nombres propios más. Jenson Button, excelente y muy serio hoy. Quizás un punto por detrás de Hamilton, siempre estuvo rodando al límite y supo exprimir hasta sus últimas gotas el rendimiento de un poderoso McLaren. El otro, Felipe Massa. Mucho más rápido que Alonso todo el fin de semana hoy ha ofrecido quizás su mejor versión. Pese a saberse superior y correr en casa, el brasileño supo sacrificarse en pro de su compañero y se arriesgó hasta lo indecible sólo para guardarle las espaldas cuando hizo falta y se dejó rebasar en el momento justo, para aupar a Alonso a su segundo puesto final.
La otra cara de la moneda vino dada por dos personas con nombre y apellidos. El primero fue Mark Webber. Vaya desastre de día y qué poco ayudó a su compañero. Es más, en su afán de defender a Vettel en la salida, le cerró el paso y provocó que ambos fuesen adelantados por los Ferrari en la salida. Luego una salida de pista y un par de sustos, para acabar delante del propio Vettel y bastante lejos de él. Un contrasentido, sin duda aunque no sabemos si fue consecuencia de una estrategia, para permitir subir un puesto al alemán en caso de necesidad, o sencillamente que el australiano acabó por hacer la guerra por su cuenta.
El segundo fue Lewis Hamilton, nuevamente fuera de combate cuando lideraba una carrera. Qué lástima que el británico haya vuelto a irse de vacío cuando dominaba la carrera y no por culpa suya. Tras dominar los entrenamientos del sábado, hoy ha estado todo el rato en cabeza hasta que su desgraciado incidente con Hulkenberg le han impedido despedirse con triunfo porque hoy estaba en campeón y todo apuntaba a que se iba a llevar la victoria. Desde luego, la mala suerte se cebó con el británico toda la temporada y estamos convencidos que, de haber tenido mejor suerte, el campeoanto habría tenido otro desenlace y quizás, otros protagonistas.
Lo que está claro es que Hamilton se ha portado de una forma extraordinaria y profesional en una temporada en la que le hemos visto más seguro y maduro que nunca. Le deseamos todos los éxitos en Mercedes y ojalá que la marca alemana pueda darle un coche como se merece el próximo año.

El británico se marcha de McLaren por la puerta grande. Tras el anuncio de su fichaje por Mercedes, lejos de bajar los brazos, Hamilton ha mostrado su mejor versión. Así lo demuestran las muestras de afecto recibidas por el piloto cuando, cabizbajo, volvió a su box tras su abandono y fue saludando uno por uno a todos y cada uno de los integrantes del equipo.
Por último, la carrera nos dejó dos imágenes para el recuerdo. La primera, anecdótica y divertida, al ver a Kimi Raikkönen, atajando por la hierba para volver a la pista, tras perderse por una de las pistas interiores del Circuito de Interlagos. La otra, mucho más emotiva, fue la vuelta de honor que dio Michael Schumacher minutos antes de empezar la carrera, a modo de homenaje y despedida. Bonito detalle del Kaiser, que disfrutó de un pequeño baño de masas ante la ovación del respetable, que supo reconocer la trayectoria del heptacampeón, pese a que estos últimos tres años no han sido precisamente destacables.
Clasificación de carrera y del Mundial
Después de 71 agónicas vueltas, el GP de Brasil puso punto final a la temporada y estos fueron los resultados de carrera:
1º) Jenson Button (McLaren Mercedes), en 1h 45′ 22»
2º) Fernando Alonso (Ferrari), a 2,7»
3º) Felipe Massa (Ferrari), a 3,6»
4º) Mark Webber (Red Bull Renault), a 4,9»
5º) Nico Hulkenberg (Force India Mercedes), a 5,7»
6º) Sebastian Vettel (Red Bull Renault), a 9,4»
7º) Michael Schumacher (Mercedes), a 11,9»
8º) Jean-Eric Vergne (Toro Rosso Ferrari), a 28,6»
9º) Kamui Kobayashi (Sauber Ferrari), a 31,2»
10º) Kimi Raikkönen (Lotus), a una vuelta.

El Mundial de Pilotos, por fin, queda resuelto con Sebastian Vettel, como flamante nuevo Campeón del Mundo, con 281 puntos. A tan sólo tres puntos de diferencia y, tras acariciar el milagro, ha quedado Fernando Alonso con 278 puntos, mientras que Kimi Raikkönen ha logrado finalizar en una más que meritoria tercera plaza, con 209 puntos. Este sería el cuadro de honor final de la temporada:
1º) Sebastian Vettel, 281 puntos.
2º) Fernando Alonso, 278 puntos.
3º) Kimi Raikkönen, 209 puntos.
4º) Lewis Hamilton, 190 puntos.
5º) Jenson Button, 188 puntos.
6º) Mark Webber, 179 puntos.
7º) Felipe Massa, 122 puntos.
8º) Romain Grosjean, 96 puntos.
9º) Nico Rosberg, 93 puntos.
10º) Sergio Pérez, 66 puntos.
En lo referente al Mundial de Constructores, ya se sabía desde hace una semana que Red Bull se había alzado matemáticamente con el título de Marcas pero todo estaba pendiente de quién acabaría por llevarse el subcampeonato. Durante gran parte de la carrera, especialmente cuando los dos McLaren comandaban la prueba, el equipo británico tuvo en sus manos revalidar el subcampeonato. Sin embargo, tras el abandono de Hamilton y el segundo y tercer puesto de los dos Ferrari, ha sido el equipo italiano el que se ha llevado el gato al agua y ha finalizado segundo, a 22 puntos del equipo de Woking. La clasificación final por equipos ha sido la siguiente:
1º) Red Bull, 460 puntos.
2º) Ferrari, 400 puntos.
3º) McLaren, 378 puntos.
4º) Lotus, 303 puntos.
5º) Mercedes GP, 142 puntos.
6º) Sauber F1, 126 puntos.
7º) Force India, 109 puntos.
8º) Williams, 76 puntos.
9º) Toro Rosso, 26 puntos.
10º) Caterham, 0 puntos.
Nose como puedes decir que vettel ha sido mejor que Alonso este año. Alonso ha sido mucho más regular que vettel y con peor coche, es el mejor piloto que hay en la parrilla ahora mismo y cuando tenga un coche rápido en clasificación y algo más competitivo en carrera se verá el dominio de Alonso. Un saludo
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Yo creo que Alonso se habría merecido el título casi tanto como Vettel pero no le considero superior. Decir despectivamente, como se está haciendo desde 2010, que Vettel es un piernas que gana porque tiene un señor cochazo es tan injusto como decir que Ferrari es un truño de coche.
Vettel dio ayer -como la dio en Abu Dhabi- toda una lección de pilotaje, supo sacar el genio cuando tuvo que hacerlo y condujo de forma prudente, después, porque sabía que así las cosas, era campeón y no necesitaba arriesgar más. Me remito a sus palabras de ayer, al acabar la carrera:
“Sin dudas fue la carrera más dura de mi vida. ¡Si en la primera vuelta estaba último! Lo que podía andar mal, salió mal. Pero en lugar de volverme loco o frustrarme, mantuve la esperanza. Imaginate lo que es hacer un trompo y ver que vienen todos en contra mío… En lo seco eramos lentos. Perdí la radio, hice una parada en el momento equivocado y puse gomas slick cuando llovía, después las intermedias no estaban listas pero yo no lo sabía porque no tenía comunicación. Ahí perdí 20, 22 segundos… Cuando vi el choque de Niko (Hulkenberg) y Lewis (Hamilton) y supe que Fernando estaba adelante, no sabía qué pasaba… La radio no andaba y no sabía si era campeón o no».
Repito, que Alonso habría sido un digno campeón, no me cabe duda pero no se puede quitar ni un ápice de mérito al triunfo final de Vettel. Nada más..
Y sólo una cosa más. Puestos a quejarse de suerte, si ha habido alguien con derecho a quejarse de mala suerte no es Alonso. Ni siquiera Vettel. Ese sin duda es Lewis Hamilton. El británico ha estado a un nivel extraordinario toda la temporada y, entre la mecánica y pilotos como Maldonado, Kobayashi o Hulkenberg, le han privado de un mejor resultado final. Ha hecho un temporadón que merece ser destacado, por más que sus números hayan sido finalmente peores incluso que los de Kimi.
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Completamente de acuerdo en que si alguien ha sido desafortunado este año ese ha sido Hamilton.
Sobre el merecimiento del campeonato por parte de Vettel, los campeonatos no se merecen, se ganan y lo demás es lloriquear.
Saludios.
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