Tras el éxito abrumador del Plan PIVE y, atendiendo las peticiones que unánimemente le hacía la Patronal del sector al Gobierno central, en el último Consejo de Ministros del pasado viernes el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha aprobado la prórroga del citado plan de incentivos gubernamentales.
Para ello, el Gobierno ha duplicado la cantidad prevista inicialmente de 75 millones de euros (y que estaban a punto de agotarse) y destinará un total de 150 millones de euros para la adquisición de vehículos nuevos más eficientes.
La adopción de esta medida va a suponer un empujón significativo a la reactivación de las ventas, que según estimaciones de la Patronal de los Concesionarios (Faconauto) podrían superar las 800.000 unidades. Esto supondría un incremento de un 12,5% con respecto a las ventas alcanzadas en 2012.
Este crecimiento no sólo dimensionaría de un modo más racional el mercado español sino que además –y quizás lo más importante- actuaría como freno a la auténtica sangría de paro que esta crisis está suponiendo en el sector y, más concretamente, en el entorno de los concesionarios, que según datos de la propia Faconauto, perdió más de 5.000 empleos sólo en 2012.
Por su parte, este nuevo Plan PIVE cuenta con una novedad importante con respecto al plan implementado en octubre y es la creación del nuevo Plan Prima Aire, que actuará en paralelo al primer paquete de ayudas. Contará con una bolsa de 40 millones de euros destinados a incentivar la compra de vehículos comerciales, un segmento que el pasado año sufrió un auténtico descalabro, con una caída del 23,1%.
Como no podía ser de otra forma, las patronales del sector han acogido de forma entusiasta este anuncio del Gobierno. De hecho, sólo en los dos meses y medio de funcionamiento del Plan PIVE, la actividad comercial de los concesionarios creció nada menos que un 150%, por no hablar del “efecto arrastre” que este incremento ha traído consigo para las empresas auxiliares y otros sectores de la economía española.