En una comparecencia llevada a cabo hoy mismo, el director ejecutivo del grupo italiano Fiat, Sergio Marchionne, ha anunciado la fusión definitiva en 2014 del Grupo Fiat con sus aliados estratégicos de Chrysler, compañía de la que el grupo transalpino ya controlaba un 60% desde junio de 2011.
El propio Marchionne ha admitido que las cuentas del Grupo Fiat habían sido desastrosas y reconoció que sin Chrysler el grupo habría sufrido pérdidas importantes. Esta misma semana se hacían públicas los números del Grupo en su totalidad, que arrojaron un beneficio neto de 1.411 millones de euros, una cifra aparentemente sólida de no ser porque han supuesto una caída del casi el 15% en las ganancias.
Sin embargo, no hay que olvidar que la aportación a estos beneficios han venido en su mayor parte de Chrysler. De hecho, si excluimos los datos del fabricante norteamericano, las pérdidas de Fiat habrían llegado a los 1.041 millones de euros, una cifra que ha precipitado los acontecimientos.
El único obstáculo para lograr una fusión total venía de parte de uno de sus accionistas minoritarios. Se trata de Veba, un organismo vinculado al sindicato automovilístico UAW, propietario de un 16,6% de las acciones de Chrysler, que recientemente anunció que quería hacer cotizar en bolsa una parte de su participación en el gigante norteamericano. Finalmente, Fiat se ha hecho con esa parte y, desde el año 2014, Fiat y Chrysler verán unidos sus destinos empresariales.