- Histórico descenso de las víctimas mortales en 2012
- España reduce el número de muertos por carretera a niveles de 1961
En una comparecencia pública del Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha hecho balance de la siniestralidad en las carreteras españolas durante el pasado año 2014 y las cifras son ciertamente esperanzadoras.

Así pues, los muertos en carretera no sólo han registrado su décima bajada consecutiva sino que las cifras de fallecidos se sitúan al nivel del año 1960, cuando empezaron a recogerse estas estadísticas y cuando el número de vehículos que circulaban por España era 30 veces inferior (en torno al millón de vehículos).
En concreto, durante el año 2013 se produjeron 994 accidentes mortales, en los que fallecieron 1.124 personas y 5.206 resultaron heridas graves. Esta cifra representa una caída del 16% en cuanto al número de siniestros mortales, situándose por primera vez por debajo de los 1.000. Además, también se han registrado descensos del 13,3% en el número de víctimas mortales y del 16% en el de heridos graves.
Si nos remontamos a tan solo 10 años antes, es decir, en 2003, el descenso de la siniestralidad es sencillamente espectacular, al pasar de los 3.993 muertos de aquel año los 1.124 de 2013. Esto es, 2.865 muertos menos y una reducción acumulada del 72%. Una reducción que también se aprecia en el número de heridos graves, pasando de los 19.493 de 2003 a los 5.206 en 2013.
Por otra parte, durante el pasado año hubo 29 días en que no hubo ningún muerto por accidente en vías interurbanas. De ellos, seis días fueron en marzo, cinco en mayo, cuatro en diciembre y tres en junio y julio. En total, el equivalente a casi un mes sin muertes en carretera. Esto también mejora las cifras de 2012, ya que en dicho año sólo hubo 19 los días en que no se registraron muertos, frente a los 15 de 2011 y los exiguos cuatro de 2010.
Lo que no cambia es el tipo de vía en la que se viene produciendo el mayor número de accidentes. Las vías convencionales registraron 898 de las 1.124 víctimas mortales -casi un 80% del total- aunque por vez primera también baja de los 1.000 fallecidos, un 12% menos que en 2012. Además, los 178 muertos registrados en autovías y 52 en autopistas, también suponen un 19% menos que el año anterior.
De los 1.124 víctimas mortales, 590 se produjeron a bordo de turismos y 49, en furgonetas, un 18% menos que el pasado año. También bajó el número de ciclistas fallecidos en accidente. Sólo 26 víctimas, frente a los 36 de 2012. Sin embargo, donde se ha apreciado un pequeño repunte es en la cifra de motoristas muertos, que alcanzó un total de 188 fallecidos, dos más que el año pasado. También suben el número de peatones muertos por atropello, que pasan de 132 en 2012 a 138 en 2013.

Por tipo de accidente, la salida de vía es el que más muertos ha generado tanto en vías de gran capacidad (87 fallecidos) como en carreteras convencionales (333 fallecidos). Lo que sorprende es que en este tipo de vías, los atropellos a peatón (41) se han aupado al segundo puesto en cuanto a siniestros que más fallecidos generó el pasado año.
Por último, sorprende desagradablemente que aún haya gente que siga sin concienciarse de lo extremadamente importante que es el uso de los mecanismos de seguridad. Resulta apabullante escuchar que nada menos que un 21% de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas en 2013 no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Si comparamos esta última cifra con el año 2012, este porcentaje aumenta hasta el 25% y hasta el 38% en 2004.
Tampoco resulta comprensible que, de los 188 fallecidos en motocicleta, casi un 10% no llevaba puesto el casco en el momento del accidente. En el caso de los 27 fallecidos en ciclomotor, seis tampoco lo usaba. En el caso de los ciclistas, de los 36 usuarios de bicicleta fallecidos, 10 de ellos no utilizaban casco, pese a ser obligatorio en vías interurbanas.
Asimismo, de los 23 niños de hasta 12 años fallecidos en turismo o furgoneta, 15 usaban algún tipo de accesorio de seguridad pero seis (un 26%) no utilizaban ningún tipo de dispositivo de sujeción.
Según la DGT, abrocharse el cinturón o ponerse el casco habría ahorrado al menos 80 muertos y el descenso de víctimas mortales habría supuesto un descenso del 13% al 19%.