En una escueta nota hecha pública hoy en la web de Ferrari, el italiano Stefano Domenicali ha anunciado su dimisión irrevocable como director deportivo de la escudería de Maranello.

De esta sencilla forma, el italiano ha puesto fin a seis intensas y polémicas temporadas, marcadas por una sucesión de sonoros fracasos que tocaron fondo tras la disputa del pasado GP de Bahrein, en el que Ferrari rozó el ridículo, con Alonso y Raikkönen ocupando los últimos puestos de puntos y con las críticas arreciando como nunca y, prácticametne, desde todas partes.
En su nota de despedida, Domenicali ha asumido la totalidad de la responsabilidad de los malos resultados y de las sucesivas decepciones vividas en el seno del equipo Ferrari desde que se hizo cargo de su dirección deportiva en sustitución de Jean Todt en diciembre de 2007, tras la consecución del Mundial de Pilotos in extremis por el finlandés Kimi Raikkönen.
“Hay ciertos momentos que llegan a lo largo de la vida profesional de una persona, en los que se necesita coraje para tomar decisiones difíciles y angustiosas”, explicó Domenicali en su misiva.
“Ha llegado el momento de hacer un cambio importante. Como jefe, asumo la responsabilidad, como he hecho siempre, de la situación que estamos viviendo. Se trata de una decisión tomada con el objetivo de hacer algo para cambiar las cosas y por el bien de este grupo de personas al que me siento muy unido.
De todo corazón, quiero dar las gracias a todos los hombres y mujeres del equipo, los pilotos y los socios por la magnífica relación que hemos tenido en estos años. Espero que Ferrari esté muy pronto de vuelta donde se merece estar. Por último, me gustaría dedicar mi último agradecimiento a nuestro Presidente, por haberme apoyado siempre, y mando un saludo a todos los aficionados, con el pesar de no haber podido recoger los frutos del duro trabajo llevado a cabo durante todos estos años”.
Por su parte, el equipo italiano ha aceptado la dimisión de Domenicali y, en una nota aún más escueta publicada también en la página de La Scuderia, en la que como no podía ser de otra forma, ha agradecido los servicios prestados por el italiano y le desea la mejor de las suertes para el futuro.
«Ferrari ha aceptado la dimisión de Stefano Domenicali y desea mostrarle su agradecimiento por haber servido a la empresa con gran dedicación, en los distintos puestos que ha ocupado, cada vez de mayor responsabilidad, en los últimos 23 años. Además, desea a Stefano Domenicali los mejores y más sinceros deseos de cara a su futuro».
Un período con muchas más sombras que luces
Con la marcha de Domenicali se cierra un período ciertamente oscuro, que inicialmente se preveía triunfal, tras heredar un equipo campeón, que en siete años había ganado nada menos que cinco campeonatos de constructores (los cuatro títulos consecutivos de Michael Schumacher entre 2000 y 2004 y el citado de Kimi Raikkönen en 2007).

Sin embargo, en su temporada de debut, en 2008, Ferrari tuvo que ver cómo perdía un Mundial que su pupilo Felipe Massa tenía prácticamente en el bolsillo. Pese a que Ferrari se proclamó campeón del Mundial de Constructores de aquel año, el drama vivido en el seno del equipo tras el fiasco de aquella fatídica última curva de Interlagos bajo la lluvia, supuso un tremendo varapalo moral para el equipo, del que no ha vuelto a levantar cabeza.
A esta temporada le sucedieron otras dos aún más calamitosas si cabe. El año 2009 estuvo marcado por el grave accidente de Felipe Massa en Hungría, que estuvo a punto de costarle la vida. Pero es que si ya de por sí, aquel Ferrari F60 era un auténtico ladrillo en manos de Kimi Raikkönen y Felipe Massa, el buen nombre de Ferrari cayó a límites desconocidos cuando cayó en manos de Luca Badoer, primero (de hecho, el italiano sólo duró dos carreras) y de Giancarlo Fisichella (que corrió las últimas cinco carreras del año), para finalizar en cuarto lugar del Mundial de Constructores, superados clarísimamente por Brawn GP, Red Bull y McLaren.
Pero si superar estas dos temporadas parecía imposible, la temporada 2010 rebasó y con mucho todos los límites del despropósito. Primero, con aquel ya mítico «Fernando is faster than you» a Felipe Massa en el GP de Alemania y más adelante, contraviniendo en público la prohibición de las órdenes de equipo (vigente en aquel año), pero luego dejando escapar un Mundial que Alonso tenía en su mano en la última carrera, vivida en Abu Dhabi.
Tras el GP de Corea, y falta de tan solo dos carreras para acabar el campeonato, Fernando Alonso salía como líder y con buena parte del título en su mano. De hecho, el asturiano llegó a la última carrera con el único objetivo de quedar por delante de Mark Webber para llevarse el campeonato. Sin embargo, cuando tenía a raya a su gran rival, un gravísimo error de planificación del equipo en el pitstop le sacó de la carrera y la victoria de Vettel, el tercero en discordia y con el que nadie contaba, dio el título al alemán y el español se quedó compuesto y sin novia.
Desde entonces, comenzó un rosario de promesas incumplidas de dotarle a Fernando Alonso un coche ganador, algo que casi lograron en 2012 cuando, más por la tenacidad y la calidad del español que por acierto del equipo, Alonso y Sebastian Vettel, con un coche infinitamente mejor que el Ferrari F2012, se jugaron el título de nuevo en la última carrera, en esta ocasión en el GP de Brasil, en Interlagos. Y de nuevo, Ferrari se quedaba con la miel en los labios.
Marco Mattiacci, sustituto de Stefano Domenicali
Finalmente y tras una temporada mediocre en 2013, la gota que ha colmado el vaso de la paciencia en Maranello ha sido el decepcionante inicio en la presente temporada. Un año que se presentaba muy ilusionante para Ferrari. Por vez primera en años, no sólo por el desarrollo de un monoplaza absolutamente nuevo y presuntamente revolucionario como iba a ser el F14 T, sino por la contratación de Kimi Raikkönen, un piloto que por fin podría aportar el salto de calidad que necesitaba Ferrari después de tener una rémora como Massa en sus filas durante tantos años.

Sin embargo, el monoplaza no sólo no ha cumplido las más mínimas expectativas sino que además, las mejoras implementadas tras el GP de Australia, en el que Fernando Alonso finalizó quinto (cuarto tras la descalificación de Ricciardo) lejos de mejorar el coche, lo hicieron rozar el ridículo en Malasia y, sobre todo, en Bahrein. En esta última carrera salieron a la luz todas las miserias de un coche carente de velocidad punta y con un ritmo muy alejado de lo mínimamente deseable para un equipo como Ferrari.
Por eso, cuando vimos la salida precipitada de Luca de Montezemolo del box de Ferrari antes de acabar la citada carrera ycon cara de pocos amigos, se empezó a barruntar el desenlace de esta situación. Una situación cuyo final no era más que cuestión de tiempo, quizás el de encontrar al posible sustituto de Stefano Domenicali, cuyo nombre se ha hecho público hoy mismo.
Así pues, el también italiano Marco Mattiacci, hasta ahora presidente y consejero delegado de la división de Ferrari en Norteamérica, será el encargado de tratar de sacar de este marasmo a la escudería transalpina.
Lo que está claro es que Mattiacci, que llega con la vitola de gestor muy acentuado, tiene ahora mucho trabajo por delante aunque, afortunadamente, con tiempo suficiente para tratar de revertir esta situación. De momento, el Ferrari F14 T recibirá un importante paquete de mejoras para el próximo GP de China, en el que podremos empezar a medir si esta temporada tiene arreglo o si, por el contrario, será una nueva temporada en blanco para Fernando Alonso, que no sabemos si podrá o querrá aguantar tras cinco años de promesas y de continuas decepciones.