La vida de Alex Zanardi es uno de los más impresionantes testimonios del espíritu de superación del ser humano ante las adversidades y que este fin de semana ha escrito un nuevo episodio digno de la máxima admiración.

Alex Zanardi, todo un ejemplo de superación
Alex Zanardi, todo un ejemplo de superación

Si decimos que este ex-piloto italiano, que este mismo mes cumplirá 48 años, ha conseguido cumplir su sueño de finalizar un Ironman no debería ser un hecho especialmente noticiables. Para aquellos que no lo sepan, el Iroman es quizás la prueba atlética más dura del mundo. Se trata de un triatlón en la que se nadan aproximadamente cuatro kilómetros en aguas abiertas, se corren 180 kilómetros en bicicleta y se finaliza con una maratón, con lo cual el hecho en sí de finalizar esta carrera es ya de por sí todo un hito.

Sin embargo hacerlo en las condiciones que se encuentra Zanardi le elevan a la categoría de mito pues hay que recordar que el italiano perdió sus dos piernas en un gravísimo accidente sufrido en el circuito EuroSpeedway de Laustiz (Alemania) un fatídico 15 de septiembre de 2001, durante una carrera de la Fórmula CART.

Aquel accidente no sólo truncó una carrera profesional ciertamente prometedora, que le había llevado incluso a correr en la Fórmula 1, nada menos que como sustituto de Michael Schumacher en Jordan, sino que a punto estuvo de costarle la vida.

Sin embargo, en un arranque de superación inédito en el mundo del Motor, el italiano no sólo no se dio por vencido en su sueño de ser piloto de élite sino que se propuso volver a pilotar. Tras 15 operaciones y casi dos años de intensa rehabilitación logró cumplir su propósito en 2003, cuando volvió a subirse a un coche para disputar el Campeonato Europeo de Turismos a bordo de un BMW especialmente preparado para él.

Pero su espíritu de superación no se detuvo ahí. No sólo se contentó con volver a pilotar al máximo nivel sino que pasó a la historia por ser el primer corredor discapacitado en lograr  una victoria en el Mundial de Turismos, competición en la que estuvo hasta 2009.

Tras su retirada decidió seguir en el mundo de la competición cambiando la velocidad de las cuatro ruedas por el ciclismo paralímpico, en concreto la modalidad de handbike o bicicleta de mano y una vez más volvió a dejar al mundo con la boca abierta. Su madera de campeón y su competitividad le llevó nuevamente a la cima al hacerse con dos medallas de oro en las Paraolimpiadas de Londres 2012 en las modalidades de ciclismo de mano de contrarreloj individual y en ruta, representando a Italia.

Alex Zanardi, festejando su medalla de oro en las últimas Paraolimpiadas
Alex Zanardi, festejando su medalla de oro en las últimas Paraolimpiadas

Sin embargo, con su proeza de este fin de semana, Zanardi ha dejado el listón de la superación personal a una altura difícilmente superable al conseguir finalizar el Campeonato Mundial de Ironman, disputado en Kona (Hawai). Para ello usó un chaleco de neopreno especial para ayudarle a flotar en la prueba de natación, una handbike para la prueba de ciclismo y una silla de ruedas olímpica para la maratón.

Lo de menos, el hecho -nada desdeñable, por cierto- de finalizar 272º entre casi 3.000 participantes y 19º en la clasificación de atletas de entre 46 y 49 años. Lo demás, el ejemplo para todos aquellos que piensan que una limitación física supone el fin de una vida o el abandono de unos sueños. Alex Zanardi, una vez más, ha demostrado que el único límite está en cada uno de nosotros y que no hay retos imposibles,por muy difíciles que parezcan.

El ex-piloto, visiblemente emocionado dijo nada más acabar este durísimo triatlón: «Es fantástico y guardaré este día en mi corazón para el resto de mi vida», dijo. «Los últimos 300 metros han valido por todo, valía la pena estar aquí sólo por ellos. No sé si aclamaron a todos los participantes por igual, pero nunca he experimentado nada así. Era asombroso. Siempre estuve cerca de ponerme a llorar. No soy un tipo emocional para estos tipos de cosas, pero esto era muy especial» .