El equipo Caterham ha sido puesto en manos un administrador ,en un intento desesperado por salvar la difícil situación financiera en la que se encuentra y que, a fecha de hoy, impediría a la escudería británica incluso correr en Austin dentro de tan solo siete días.

Caterham, en manos de un administrador que les permita viajar a Austin
Caterham, en manos de un administrador que les permita viajar a Austin

Al tiempo que Colin Kolles, asesor deportivo y máximo responsable en estos momentos del equipo tras la renuncia de Manfredi Ravetto ha dado un paso a un lado, un equipo de negociadores de Evangest, la actual propietaria de Caterham F1 y de los abogados de Tony Fernandes cerraron ayer por la noche un acuerdo por el cual se nombraba a Sir Finbar O’Connell como administrador.

De esta forma, O’Connell tiene desde ayer la difícil tarea de tratar de salvar del desastre a Caterham, cuyo futuro más inmediato es encontrar los fondos necesarios para poder estar presente el próximo viernes en Austin para la disputa del GP de EE.UU., y que, en palabras del propio administrador estaría en peligro.

Según O’Connell .pagar sería conditio sine qua non para poder ir a Austin y para ello no ha dudado en pedir ayuda al propio Bernie Ecclestone para salir de tan importante atolladero: Entre otras cosas porque falta tan solo una semana y, de momento, no hay fondos para poder desplazarse a la localidad texana.

Una petición desesperada de ayuda que llega después de la rectificación llevada a cabo por Ecclestone en la BBC a sus propias -y duras- palabras sobre la situación de Caterham hechas el día de antes al periódico británico «The Sun», donde afirmó que «es mejor si se marchan. No quiero equipos que vayan por ahí pidiendo limosna«.

Sin embargo, con posterioridad a dichas declaraciones, Ecclestone se ha mostrado mucho más conciliador le ha tendido la mano a Caterham, afirmando que «estamos intentando ayudar como podemos, que es lo que hacemos con cualquiera que atraviesa pequeñas dificultades»

Sin embargo y aun suponiendo que O’Connell lograse encontrar los fondos necesarios para poder desplazar al equipo a Austin -que es mucho suponer- no sería más que un pequeño parche en una vía de agua descomunal, que amenaza con mandar a pique a Caterham y hundirlo definitivamente, incluso antes de que acabe la temporada.