El pasado fin de semana quedará guardado en la retina de Sebastian Vettel de la misma forma que, sin duda, debió quedar el primer día que se subió a un Ferrari en Fiorano el pasado mes de diciembre.

Sebastian Vettel admirando el imponente Ferrari FXX-K antes de la prueba
Sebastian Vettel admirando el imponente Ferrari FXX-K antes de la prueba

Sin embargo, aunque en esta ocasión, el tetracampeón recordará ese día por motivos mucho más banales que cuando tomó contacto por vez primera con un monoplaza de Maranello.

El piloto alemán disfrutó de lo lindo al volante del Ferrari FXX K en la pista de Fiorano. Vettel se puso al volante del superdeportivo italiano para una sesión de fotos destinada al próximo número de la revista oficial de Ferrari.

Y, por las constantes muestras de júbilo ofrecidas por el piloto teutón se pudo apreciar que se divirtió como un niño. Durante el tiempo que duró la prueba, el alemán no dejó de exclamar gritos como «¡Mamma mia!» o «¡Va cómo un cohete!» acompañados de una sonrisa continua, mientras exprimía como un limón los 1.036 CV del último y exclusivo superdeportivo salido de la línea de fabricación de Maranello.

Una auténtica bestia del asfalto, cuyo motor 6.3 V12 híbrido y equipado con KERS, es lo más parecido a un Fórmula 1 que hay ahora mismo en el mercado.