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La temporada 2015 de Fórmula 1 levanta el telón. Atrás han quedado cuatro intensos meses de rumores, fichajes, presentaciones y unos tests invernales, marcados por el accidente de Fernando Alonso -aún por resolver- y que han tenido además a nuestro país como protagonista principal.

Una temporada con novedades reglamentarias
La temporada que ahora comienza está marcada por la continuidad en lo que respecta a la mecánica, si bien y contrariamente a lo que se esperaba, la FIA levantó de tapadillo parcialmente el veto a la evolución de los motores para este año.
También trae consigo algunas novedades a las que tendremos que acostumbrarnos, como la llegada del Safety Car Virtual para la situación de dobles banderas amarillas, o la desaparición del controvertido sistema de doble puntuación para la última carrera del año, que como la pasada temporada, volverá a ser en Abu Dhabi.
Este año además hay algunas modificaciones reglamentarias interesantes. La primera que, aunque llegó a ser aprobada por la FIA el pasado año, ha desaparecido de la normativa y es la relativa al relanzamiento de la carrera después de la retirada del Safety Car de pista. Inicialmente se aprobó que la carrera se retomaría desde la parrilla de salida. Sin embargo y por común acuerdo de los equipos y la propia Federación, se continuará con el sistema de salida lanzada que venía utilizándose hasta la fecha.
Por otra parte, se reducen de cinco a cuatro el total de de unidades de potencia que cada equipo puede reemplazar a lo largo de la temporada, aunque todo estará en función de si finalmente se disputan los Grandes Premios de Corea y Alemania, cuya celebración sigue aún en el aire y, que en el caso del trazado coreano, se da prácticamente por descartada.
¿Por qué esta salvedad? Muy sencillo, si la temporada abarcase finalmente más de 20 pruebas, como es el caso, esta restricción no tendría lugar y se continuaría con cinco motores por año, como hasta ahora.

En todo caso, y en el supuesto de gastar los cuatro (o cinco) propulsores previstos para la temporada, los equipos infractores no tendrán que arrancar desde el pitlane como el pasado año sino que, además, las sanciones se aplicarán de forma acumulativa para los componentes individuales de cada unidad de potencia (llamados tokens)
Por otra parte, en lo relativo a las sanciones veremos la sanción de 10 segundos de Stop & Go, sobre todo para las salidas inseguras (unsafe release) desde el pitlane y, en caso de que ésta se produjese a tres vueltas o menos del final, se añadirán 30 segundos al tiempo final del infractor.
Además, se castigará con la salida desde el pitlane para los corredores de aquel equipo cuyos miembros permanezcan en la parrilla pasados 15 segundos de darse la señal de retirada.
Por último, se extenderá la consideración de Parc Fermé o «Parque Cerrado» a todos los efectos desde el comienzo de los entrenamientos libres del viernes y no desde la finalización de los entrenamientos de calificación del sábado, como hasta ahora.
Una parrilla más joven y llena de caras nuevas
Por si fuera poco, y a diferencia de las últimas temporadas, el invierno ha estado lleno de novedades. Además de la desaparición definitiva del equipo Caterham y la sustitución lograda in extremis y contra todo pronóstico de Marussia (ahora llamada Manor F1 Team) habrá cambios en la inmensa mayoría de los equipos.
Sólo cuatro de los 10 equipos que integran la parrilla de este año han repetido su dupla de pilotos. Mercedes, Williams, Force India y Lotus. El equipo de Enstone presenta una novedad importante y es el cambio de Mercedes por Renault como suministrador de motores, después de una temporada 2014 para olvidar.
Del resto de equipos, hay que destacar un movimiento por encima del resto. En diciembre del pasado año, con el esperadísimo y millonario fichaje de Fernando Alonso por McLaren, procedente de Ferrari al que acompañará el veterano Jenson Button, cuya salida era un hecho apenas unos días antes de desvelarse el futuro del equipo de Woking.
A su vez, en Maranello han recibido con los brazos abiertos a Sebastian Vettel, procedente de Red Bull. La llegada del alemán, dicho sea de paso, ha traído consigo una revolución en toda regla en el seno del equipo italiano, tras un año sencillamente lamentable.
El annus horribilis de Ferrari desencadenó un auténtico terremoto que ha ido desde el propio presidente, Luca Cordero de Montezemolo, que dejó su puesto a Sergio Marchionne hasta el último de los mecánicos, pasando por el director del equipo, Marco Mattiacci, relevado por Andrea Arrivabene.
Por su parte, Red Bull tiene ante sí el enorme reto de repetir su gran temporada pasada. Además, su nuevo líder indiscutible del equipo será Daniel Ricciardo, que tendrá que confirmar este año, ya sin la sombra de Vettel, que es el grandísimo piloto que adivinamos en 2014.
A su lado, estará el jovencísimo piloto ruso Daniil Kvyat, que en apenas dos años ha pasado de pilotar en GP3 a ser segundo piloto de un equipo campeón como Red Bull. Su rendimiento es toda una incógnita, por más que en mi modesto modo de ver, esta oportunidad le ha llegado demasiado pronto.

Otro joven piloto que debutó el año pasado y que ha cambiado de aires ha sido el sueco Marcus Ericsson quien, de pilotar de forma muy discreta en Caterham ha dado un salto de calidad importante al fichar por Sauber, que junto al debutante Felipe Nasr, integrará una renovada dupla en el seno del equipo suizo que además estrena nuevos colores, pertenecientes a su nuevo patrocinador, Banco do Brasil.
Sin embargo, los de Hinwill tienen ahora un serio problema ya que la condena de un tribunal australiano a readmitir a Giedo Van der Garde y darle un volante en primera línea, puede hacer añicos esta alineación y lo que es peor, puede suponer la retirada de alguno de los patrocinadores que los nuevos pilotos. De momento, este problema ha quedado aparcado para este GP de Australia pero promete dar mucho de sí en las próximas semanas.
Sin embargo, la palma en cuanto a precocidad y juventud en cuanto a sus debuts en la primera línea se la lleva Toro Rosso. El equipo de Faenza ha renovado totalmente su pareja de pilotos del pasado año (Vergne y Kvyat) y ha dado la alternativa a dos jovencísmos pilotos como Max Verstappen y Carlos Sáinz Jr.
El caso más palmario es el de Max Verstappen, que con 17 años se va a convertir en el piloto más joven de la historia en debutar en un Gran Premio. De hecho, su caso es tan llamativo que ha obligado al cambio en la reglamentación para obtener la Superlicencia, subiendo la edad hasta los 18 años y exigiendo una experiencia suficiente en competición con monoplazas antes de poder dar el salto a la máxima categoría.
El compañero de Verstappen será un español, Carlos Sáinz Jr. quien, por fin y tras un año de dudas y rumores y después de ganar brillantemente la Fórmula Renault en 2014, se hizo con todo merecimiento acreedor al segundo volante de Toro Rosso.
Por último, hay que decir que España contará con un tercer piloto en pista (algo que no pasaba desde 2011) y será Roberto Merhi. El valenciano ha sido confirmado esta misma semana como segundo piloto del renovado equipo Manor Marussia y acompañará al ex-piloto de Caterham Will Stevens en el equipo británico.
Expectativas para la temporada: Ferrari y Williams, únicas alternativas fiables
Aunque es muy dificil hacer cualquier tipo de pronóstico en la Fórmula 1, en una temporada además especialmente larga como ésta, lo cierto es que Mercedes parte con la vitola de favorito y de equipo a batir.
Pese a que en los tests de pretemporada no fueron el mejor equipo, al menos en lo que a tiempos finales se refiere, lo cierto es que la sensación de que iban a medio gas y, sobre todo, la enorme fiabilidad demostrada durante todo el invierno les sitúan como firmes candidatos a renovar el título, tanto de conductores como de constructores.
Eso sí, no me gustaría estar este año en el box de Mercedes ya que su máximo responsable, Toto Wolff, ya ha anunciado que no habrá órdenes de equipo y que, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga y entre ambos no habrá límites en su lucha por el título de pilotos.
Así, si el año pasado saltaron chispas en alguna carrera entre ambos, se espera que este año la rivalidad suba más enteros y, aunque en mi opinión, Lewis Hamilton es mucho más piloto que Rosberg, el alemán ha aprendido de la lección del año pasado y ha prometido plantarle cara a su compañero en la pista y, quién sabe, si fuera de élla…
La duda está en saber si el dominio de las Flechas Plateadas será tan apabullante como en 2014, ganando en 16 de las 19 pruebas disputadas o si, por el contrario, esas enormes y abismales diferencias que había entre los alemanes y el resto de equipos se han podido cerrar este año.
Por lo que se ha podido ver en Jerez y Barcelona, da la sensación que, al menos en estos momentos, sólo Ferrari y Williams están en condiciones de disputarle mínimamente el trono a Mercedes.

El caso de Ferrari es el más evidente. El salto de calidad que ha experimentado el equipo italiano es sensible y es el único equipo que, además de una regularidad hasta ahora inusitada en Maranello, cuenta con un ritmo capaz de plantarle cara al equipo germano.
A un nivel parejo, se encuentra Williams. El caso del equipo británico es menos llamativo ya que fue uno de los que mejor acabó la temporada y el nuevo FW37 se ha desarrollado tomando como base el exitoso FW36 del año pasado. Su adaptación al motor Mercedes fue casi milagrosa y los datos de la pretemporada hacen pensar que serán, junto a Ferrari, los que más batalla darán a Mercedes durante las primeras carreras del año.
Por el contrario y al igual que al comienzo del año pasado, Red Bull arranca la temporada con muchas dudas, provenientes una vez más de la escasa fiabilidad de su unidad de potencia Renault.
Es verdad que cuando la mecánica le ha respetado -Daniel Ricciardo sobre todo- ha estado a la altura de los mejores, pero si analizamos los datos de la pretemporada, los momentos de máximo rendimiento del nuevo RB11 en comparación con los momentos de duda y zozobra son francamente descorazonadores.
Ahora bien, en un equipo en el que el genio de Adrian Newey está presente, por más que este año haya decidido dar un paso a un lado y no implicarse tanto en el desarrollo del nuevo monoplaza, no puede descartarse nada en absoluto.

Recordemos si no el caso del año pasado. Sin apenas pretemporada, con el motor de Renault hecho un desastre, Ricciardo se despachó un segundo puesto en Albert Park -aunque fue después descalificado- que ni el más optimista en Milton Keynes habría firmado. Luego, tras una gran temporada, acabaron segundos en el Mundial de Constructores, con tres victorias. Sin embargo, hoy por hoy, se ven más sombras que luces en el equipo austríaco.
La gran decepción de la pretemporada está siendo McLaren. Mucho se especuló con su vuelta a lo más alto con el retorno de su exitosa vieja alianza con Honda y, sobre todo con la contratación de Fernando Alonso. Sin embargo, en Woking se han pasado la pretemporada prácticamente en blanco, azotados por mil y un problemas técnicos que, de momento, les alejan de los pronósticos.
La integración de la nueva unidad de potencia de Honda al MP4-30 es, de momento, nula y a ello hay que unirle las dudas del estado de salud de Fernando Alonso, que sigue sin terminar de recuperarse al 100% de su extraño accidente en la segunda tanda de tests en Montmeló, a mediados de febrero.
Sauber, de nuevo competitivos
De la misma forma que el año pasado fue Force India el outsider de la temporada, en especial durante el primer tercio de la misma, este año hay que prestar mucha atención a Sauber. El equipo helvético es el más beneficiado de la evidente mejoría de su unidad de potencia Ferrari y a las pruebas me remito.
Durante toda la pretemporada han estado siempre en la parte alta de la tabla de tiempos y eso hace pensar que el nuevo Sauber C34, sin ser alternativa -ni pretender serlo- a los grandes, será un gran animador de las primeras carreras.

Su gran problema está en saber hasta cuándo les durará el dinero (básicamente lo mismo que le ocurrió a Force India el pasado año). Si los ingresos se mantienen, no me cabe ningnua duda que, aunque no les veo en el pódium -un reto hoy por hoy inalcanzable para ellos- sí que se llevarán un buen puñado de puntos al zurrón.
Lo que no parece claro es si equipos como Toro Rosso, que adolece este año no sólo del mismo problema de fiabilidad que sus hermanos mayores de Red Bull sino que además pueden pagar la inexperiencia de sus dos pilotos podrá optar a esa «otra galaxia» en la que está el resto de los mortales.
Las mismas dudas que despiertan tanto Force India, cuyo monoplaza de 2014 ha tardado casi un mes en poder dejarse ver y su rendimiento es toda una incógnita, como Lotus.
En el caso de lo de Enstone, el E23 Hybrid ha dejado pinceladas de ser otro de los animadores, sin embargo, da la sensación que ni están a la altura en cuanto a su economía ni en cuanto a su pareja de pilotos.
Durante toda la pretemporada se ha podido ver que sus fondos son escasos y con ello, sus posibilidades de evolución, limitadas. De hecho, uno de sus más importantes patrocinadores de los últimos años, Rexona y pese a lo que dice su conocido eslogan, les ha abandonado para irse con Williams y con ellos se ha ido gran parte de los ingresos previstos para la temporada.
Pero es que tampoco hay mucha esperanza en lo que su pareja de pilotos se refiere. En una apuesta por la continuidad, Pastor Maldonado sigue siendo el kamikaze que todos conocemos mientras que Romain Grosjean no ha terminado de confirmar el salto de calidad que dio en 2013.
El galo se encuentra muy lejos de aquel aguerrido piloto que protagonizó la mejor temporada de Lotus de los últimos años y tomó las riendas del equipo tras la precipitada salida de Kimi Raikkönen el último tercio de aquel año.