Esta semana se cumple el 30º aniversario de un hito histórico en la Fórmula 1 como es la primera victoria de Ayrton Senna como piloto profesional.  Un triunfo que supuso el inicio de una de las carreras más exitosas para uno de los pilotos más importantes de la historia de este deporte.

Se cumplen 30 años de la primera victoria de Ayrton Senna en un Gran Premio de F1
Se cumplen 30 años de la primera victoria de Ayrton Senna en un Gran Premio de F1

Lo cierto es que poca gente podía imaginarse que aquel lluvioso 21 de abril de 1985 iba a suponer el nacimiento de un mito y el arranque de la carrera como campeón de uno de los personajes más influyentes del Gran Circo de las últimas décadas.

Aquel día, bajo un aguacero monstruoso, tenía lugar una nueva edición del GP de Portugal, en el conocido trazado de Estoril. Un día infernal, bajo una lluvia torrencial que tenía la pista prácticamente anegada, y en el que un jovencísimo Ayrton Senna inauguraba su palmarés, entrando por la puerta grande en el Olimpo de este deporte.

La temporada de 1985 supuso la del salto de Senna a un equipo grande como Lotus. El brasileño había fichado por el equipo británico, tras una interesantísima temporada de debut con Toleman y después de dejar a todo el mundo boquiabierto tras su memorable lección de pilotaje en mojado en el GP de Mónaco de 1984, que le llevó a lograr el primer pódium de su vida.

Aquel año 1985, Senna llegaba a Estoril con 25 años recién cumplidos y una mochila cargada de ilusiones a bordo del maravilloso Lotus 97T. Era su segunda carrera con el equipo de Enstone, que por aquel entonces lucía sus inconfundibles colores negro y dorado de la marca de tabaco John Player Special.

Un Senna que, aunque había tenido que retirarse en el Gran Premio inaugural de aquella temporada, disputado en Brasil, lo cierto es que ya había dejado algunas pinceladas de su indudable talento. Pero nadie podía imaginarse que acabaría ganando aquella en esas condiciones.

Ayrton Senna ganó el GP de Portugal de1985, la primera carrera de su vida
Ayrton Senna ganó el GP de Portugal de1985, la primera carrera de su vida

Pues bien, y pese a que aquel GP de Portugal se disputó en unas condicones meteorológicas infames, Ayrton Senna dio la campanada no sólo haciéndose con la pole el día de antes y con la pista seca, sino llevándose aquella carrera, con más de un minuto sobre sus rivales.

Y es que cuando ninguno de los favoritos era siquiera capaz de mantener su coche en línea recta, Senna desplegó un pilotaje soberbio, sacándole hasta la última gota de jugo a su monoplaza para llevarlo a la meta por delante del Ferrari de Michele Alboreto y del Renault de Patrick Tambay.

De nada sirvieron las llamadas desesperadas de su ingeniero, el francés Gerard Ducarouge, suplicándole que bajase el ritmo, en especial a partir de la vuelta 30, cuando las condiciones atmosféricas se agravaron aún más y la conducción se había vuelto casi imposible.

Ni siquiera el hecho de que dos de los grandes favoritos como Keke Rosberg o Alain Prost, tuviesen que abandonar debido al aquaplanning sufrido por sus monoplazas. O que Nigel Mansell apenas fuese capaz, a duras penas, de mantener su coche dentro de los límites de la pista.

Todo lo contrario. Aquellas circunstancias, lejos de atemperar al brasileño, le espolearon aún más y, pese a que en ese momento ya contaba con más de medio minuto sobre sus perseguidores, Senna mostró por vez primera el carácter indómito e irreductible que marcó su carrera como piloto. El brasileño logró llevarse no sólo el primer Gran Premio de su vida liderando todas las vueltas, sino que también se llevó la vuelta rápida, en una demostración de fuerza y talento inédita hasta la fecha,

Por eso, cuando la bandera a cuadros cayó sobre el piloto brasileño se desató la locura. Senna se despojó del cinturón de seguridad, levantó los brazos en la recta final y celebró el triunfo con toda la fuerza resultante de la tensión acumulada durante las más de dos horas que duró la prueba.

Senna dio una interminable vuelta de honor, para llegar al parque cerrado absolutamente empapado pero eufórico, tras lograr su primer triunfo en apenas un año como piloto profesional.

En apenas dos horas demostró que con una buena dosis de valor y toneladas de talento, se podía vencer con un coche sensiblemente inferior a los grandes favoritos de aquel año, como eran los McLaren de Alain Prost y Niki Lauda y los Williams de Keke Rosberg y Nigel Mansell

Finalmente, aquella temporada acabó para Senna con una segunda victoria -la obtenida en Spa- y cuatro pódiums, firmando una más que digna cuarta plaza final en el Mundial de Pilotos, que le permitió batir además a su compañero, el italiano Elio de Angelis. Pero lo más importante es que aquel año -y en aquella carrera- también nació el mito.

«Para ganar en esas condiciones tiene un talento excepcional. Había 20 talentos excepcionales por ahí que se podría decir que fallaron miserablemente en ese día pero él no lo hizo. Él llevó el coche hasta la meta de manera convincente», recordaba recientemente Steve Hallam, el entonces ingeniero de carrera de Ayrton Senna en Lotus.

«Él hizo lo que todos los grandes pilotos de carreras hacen en estos casos, que es buscar el agarre», añadió Hallam. «El agarre en condiciones húmedas no siempre se encuentra en la línea seca, por así decirlo. Los neumáticos se comportan de forma ligeramente diferente. Él era muy bueno en el ajuste de su línea, sintiendo el coche y encontrando el agarre. Eso, en un día en que la lluvia era tan fuerte, unido a la delicadeza que tenía al volante, le permitió borrar a todos sus rivales».

Unos años después de aquella victoria y consagrado como el grandísimo piloto en el que se convirtió, Senna siguió recordando de forma especial aquella carrera.

En su grandeza, caracterizada siempre por una humildad ajena al divismo que siempre ha rodeado a la Fórmula 1, llegó a afirmar:

«Yo no piloté perfectamente. Ni mucho menos. Hubo una o dos ocasiones en las que pensé que iba a acabar fuera En el lado posterior del circuito había una zona detrás de los boxes de cuarta o quinta en la que estuve completamente de lado y pensé que iba a tirar todo por la borda, principalmente por el volumen de agua en la pista».

En este sentido, hay que decir de Ayrton Senna que esta victoria bajo el agua no fue la última en su exitosa carrera. De hecho, unos años más tarde, en 1993 y con McLaren, ganó el GP de Europa disputado en el circuito de Donington Park, disputado bajo un tremendo aguacero.

Sin embargo, el propio Senna siempre sostuvo que, pese a las similitudes entre ambos triunfos, tuvo mucho más mérito el de Estoril.

Así lo afirmaba el brasileño en una entrevista celebrada unos pocos meses antes de encontrar la muerte, en aquel nefasto fin de semana en Imola, el 1 de mayo de 1994:

«La gente ha dicho que mi victoria sobre mojado en Donington en el ’93 fue mi mejor victoria pero he de decir que de ninguna manera. Ese coche tenía control de tracción y aunque es cierto que no cometí ningún error el Williams era mucho más fácil de conducir. Fue una buena victoria, claro, pero, en comparación con Estoril ’85, no fue nada, de verdad»