Pese a que la salud de Joan Garriga se había deteriorado bastante estos últimos años, hasta el punto que dos infartos estuvieron a punto de acabar con su vida hace un par de años, en un guiño cruel del destino, no ha sido la enfermedad sino una moto -la misma que le encumbró al Olimpo del deporte mundial- la que ha acabado finalmente con su vida.

Muere el ex-piloto catalán Joan Garriga a los 52 años
Muere el ex-piloto catalán Joan Garriga a los 52 años

Así pues, el pasado lunes, el ex-piloto chocaba contra una furgoneta en Barcelona. Un accidente que le produjo varias lesiones internas que,aunque aparentemente no hacían temer por su vida, le obligaron a ser intervenido quirúrgicamente de urgencia en el Hospital Clìnic de la Ciudad Condal.

Sin embargo, su delicada salud hizo que surgieran complicaciones en el postoperatorio que Garriga desgraciadamente no pudo superar y acabó falleciendo en la tarde-noche de ayer en la UCI del citado centro hospitalario.

De la nada hasta la cima

La vida de Joan Garriga siempre estuvo vinculada al mundo de las motos, su verdadera pasión desde bien pequeño. Así, contaba el piloto catalán recientemente en una entrevista en Marca que su primera carrera l disputó cuando sólo tenía 12 años. En esa ocasión, le robó la moto a su hermano para correr en una prueba en Barcelona. Incluso llegó a falsificar la firma de su padre para sacarse la licencia para competir.

Hombre hecho a sí mismo, Garriga -de origen muy humilde- tuvo que trabajar duro para lograr su sueño, que no era otro que triunfar en el mundo del Motociclismo.

Sus trabajos como mozo de almacén y como botones en una oficina de La Caixa en Barcelona se convirtieron por aquel entonces en los únicos medios con los que Garriga lograba obtener fondos con los que financiar sus viajes y el mantenimiento de su moto, al no contar con ningún apoyo externo. Ni de patrocinadores ni de autoridades locales.

Joan Garriga y Sito Pons protagonizaron un duelo memorable en 1988
Joan Garriga y Sito Pons protagonizaron un duelo memorable en 1988

Sin embargo, sus ganas y sobre todo su talento innato y su agresividad sobre las dos ruedas le llevaron a coronarse triple campeón de España de Velocidad en los años 1984, 1986 y 1987 y a ganar otras tantas veces las prestigiosas 24 Horas de Montjuïc, entre 1984 y 1986 de forma consecutiva. Una competitividad que le llevó a ser conocido en el mundillo del Motor con el entrañable apodo de «Comecocos».

Un salto brutal hacia la fama

Estas exitosas temporadas no cayeron en saco roto ya que Yamaha puso sus ojos en él y en 1987 le ofrecieron la oportunidad de su vida. Debutar en el Mundial de Motociclismo en la categoría de 250 cc y de la mano de un equipo oficial, con los inolvidables colores azul y blanco de Ducados.

Una oportunidad a la que Garriga se aferró con uñas y dientes, cumpliendo de forma más que digna en su primer año, al finalizar 11º en la clasificación final, con dos pódiums en su haber (tercero en España y segundo en Portugal).

Esto espoleó aún más el ansia de triunfo del catalán, quien en 1988 firmó la que fue su mejor temporada como profesional. De nuevo en el «dos y medio», Garriga peleó a muerte con Sito Pons por el campeonato hasta la última carrera, que se disputó en Brasil.

Sin embargo, en apenas dos vueltas vio cómo su sueño de desvanecía. Garriga se iba al suelo tras tocarse con el alemán Martin Wimmer, poniendo el título en bandeja a Pons, que no desaprovechó el «regalo» y dejó al catalán con la miel en los labios.

Joan Garriga, a bordo de la Yamaha de 500, durante la temporada 1991
Joan Garriga, a bordo de la Yamaha de 500, durante la temporada 1991

Aquella decepción supuso un durísimo golpe moral para Garriga, del que no pudo recuperarse jamás. En 1989 los resultados no acompañaron demasiado, aunque siguió contando con la confianza del equipo, hasta el punto que logró dar en 1990 el salto a la categoría reina, 500 cc, las cosas ya nunca fueron igual para el piloto catalán.

Garriga se mantuvo dos años más en el equipo Yamaha pero la falta de resultados y la desmotivación cada vez más evidente del catalán sobre la moto provocaron su salida de la escudería al acabar la temporada 1992.

Finalmente y tras una decepcionante temporada con Cagiva en 1993, en la que sólo sumó siete puntos, Garriga se bajó de la moto para no volver a subirse jamás, al menos a nivel profesional y, aunque intentó retomar su carrera en Superbikes, las cosas fueron igual de mal.

Una caída con estrépito

joan-garrigaEn paralelo a sus malos resultados, Joan Garriga comenzó a coquetear con el mundo de las drogas. Rodeado de una corte de palmeros, que vivían a su costa, Garriga no pudo con la presión de la fama y acabó devorado por su personaje.

Poco a poco comenzó a adentrarse en el mundo de los estupefacientes de forma cada vez más profunda, lo que acabó con su libertad, con su dinero e incluso con su propia salud.

Tocó fondo en 2003 cuando fue detenido y condenado a dos años de prisión por un delito de narcotráfico. Sin embargo, Garriga se salvó de entrar en la cárcel gracias a que se sometió a un tratamiento de desintoxicación y encontró trabajo como monitor de pilotos en el circuito de Almería.

Pese a todo, las cosas no le fueron demasiado bien y en 2013 volvió a conocer el lado más oscuro de la vida. Totalmente arruinado, Garriga fue desahuciado y perdió su casa de Barcelona. Convertido en un juguete roto y con la única compañía de su perra, el antiguo campeonísimo fue abandonado por los mismos que habían vivido a su costa año atrás y acabó durmiendo en su coche, en las calles de Barcelona.

Sin embargo, el mundo de la Moto reaccionó positivamente, ofreciéndole su apoyo y, gracias a las ayudas brindadas por sus ex-compañeros, comenzó a sacar la cabeza. Pero una vez más la vida le volvió a jugar otra mala pasada, en este caso en forma de problemas graves de salud.

Dos infartos sufridos en junio de 2013 le dejaron muy maltrecho y Garriga volvió a las andadas. De hecho, este mismo año fue detenido en el marco de una operación de los Mossos D’Esquadra contra el narcotráfico a la que presuntamente estaba vinculado.

Su última aparición en público se produjo el pasado a finales de junio, en el World GP Bike Legends de Jerez, donde el catalán participó en una carrera de exhibición junto a otras leyendas del motociclismo como «Champi» Herreros, Wayne Gardner o Carlos Cardús, entre otros, apenas un día antes de ser arrestado en Barcelona.

Finalmente, y como dije al principio, no han sido las drogas ni su salud los que nos arrebataron para siempre a Joan Garriga sino que el destino ha querido que sea sobre dos ruedas como el infortunado piloto haya puesto fin a su vida, con tan solo 52 años.

Descanse en paz y ojalá, allí donde esté, pueda encontrar la tranquilidad y la paz de ánimo que aquí no pudo encontrar.

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