La FIA va a presentar su proyecto para la protección de los cockpits de los monoplazas en una reunión que se va a celebrar en breve con los directores técnicos de las 10 escuderías que tomarán parte en el próximo campeonato del mundo de Fórmula 1.

De esta forma, la FIA ha querido dar respuesta a la cada vez más creciente preocupación por la seguridad de los pilotos, con el fin de protegerlos de ser golpeados por objetos o por sufrir impactos especialmente violentos en la cabeza.
Una preocupación comprensible, por otra parte, habida cuenta de la sucesión de accidentes, algunos de ellos mortales, derivados de este tipo de incidencias y que cobró un especial interés tras la muerte de Jules Bianchi.
Desde luego, esta cuestión no es en absoluto baladí ya que, precisamente, el impacto de una rueda que había salido despedida tras un accidente, le costó la vida al piloto británico Henry Surtees en julio de 2009 durante una carrera de Fórmula 2 en el circuito inglés de Brands Hatch.
Asimismo, todos recordaremos cómo una tuerca desprendida del monoplaza de Rubens Barrichello durante el GP de Hungría de 2009 estuvo a punto de costarle la vida a Felipe Massa.
En concreto, Jean Todt presentará tres diseños diferentes recibidos por las marcas durante el pasado año y que la FIA probó a fondo durante el último trimestre. De todos ellos, destacó el llamado HALO, desarrollado por Mercedes.
El primero de los otros dos conceptos, conocido como AFP-V2, es muy similar al proyecto HALO y supone una versión actualizada de una estructura de seguridad en el morro del coche, con tres palas, a modo de cuchillas, diseñadas para la desviación del impacto.
La segunda es una barra antivuelco central, desplegada a través de tres barras que salen desde el mamparo delantero y conectan con la entrada de aire situada por encima de la cabeza del conductor.
No obstante, la idea de la FIA es que en un futuro no muy lejano exista plena libertad de diseño y que cada equipo elija el dispositivo que más le convenga.
Mucho camino por delante
Evidentemente, con independencia de cuál sea el proyecto que finalmente comience a implementarse, lo cierto es que aún queda mucho camino por delante antes de poder verlo
Si bien el objetivo de la FIA es introducir el dispositivo para la próxima temporada, todavía quedan una serie de obstáculos que superar. El primero y más importante es que HALO, aunque es el más completo, a diferencia de los otros dos conceptos, no es capaz de absorber la energía de determinados impactos como sería, por ejemplo, una rueda voladora.
En este sentido, la FIA es consciente -y así lo entienden las escuderías- que este tipo de protecciones no son una panacea. Es más, el máximo organismo del Automovilismo mundial ha reconocido que ninguno de los dispositivos probados le habría salvado la vida a Bianchi ni tampoco a Dan Wheldon, por citar dos casos más o menos recientes, pero sí podría haber salvado al citado Surtees o a Justin Wilson.
Otra preocupación de la FIA es la relacionada con la visibilidad delantera de los pilotos. Precisamente, algunos de los pilotos consultados durante estos meses se han quejado de esta circunstancia.
Por último, la implementación de este tipo de protecciones tiene otra derivada y es la referente al aspecto del diseño. En concreto hay dos áreas clave.
El primero se refiere a cómo integrar el HALO en el monoplaza; hay que decidir si se este dispositivo es fijo o si se pliega o se articula en un momento determinado, y en segundo lugar, añadir este tipo de soluciones requerirá del fortalecimiento del chasis.