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Continuando con la catarata de presentaciones llevadas a cabo durante el fin de semana, le tocó por fin el turno al nuevo equipo Haas, la primera escudería de origen norteamericana que pisa la parrilla en 30 años.
Había mucha expectación por conocer qué aspecto tendría el primer monoplaza de la escudería norteamericana y por saber si las sinergias existentes con Ferrari, toda vez que ya se conocía el monoplaza de los de Maranello, podrían acercar a ambas marcas en algo más que el motor.
Finalmente, y «vistiendo» una inesperada decoración en gris oscuro y claro y rojo, derivados del esquema de los centros de maquinaría horizontal y vertical de Haas Automation, la marca de Kannapolis presentó su nuevo VF-16.
El por qué de esta denominación, según informó el propio fabricante, es un homenaje al primer motor fabricado por Haas Automation, el VF1, lanzado en 1988. La V significa vertical, la cual es la designación estándar en la industria para molino vertical.
El primero en dar la bienvenida al nuevo bólido fue Gene Haas, el fundador del equipo que afirmó:
«Desde un punto de vista internacional, la Fórmula 1 es el escalón más alto de la competición y Haas Automation construye las máquinas de la más alta calidad. Cuando escuchas ‘F1’ todos sabemos exactamente lo que es, una serie global de carreras que muestra la última tecnología y atrae a los mejores talentos de la ingeniería y el diseño. Haas Automation tiene una excelente reputación en los EE.UU y quiero que esta reputación crezca en todo el mundo».
Por su parte, el Director Deportivo de Haas, Gunther Steiner, definió claramente los objetivos que el equipo ha marcado para su primer año en el Gran Circo y todos pasan por la necesidad de puntuar.
«Nuestro objetivo con este coche es sumar puntos. En primer lugar, tenemos que salir y demostrar que podemos hacer el trabajo, que podemos terminar las carreras, que somos respetados por el resto de equipos en el paddock. Entonces, queremos sumar puntos. Ese es el objetivo final», afirmó Steiner.
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