Este es un blog de motor y, generalmente, salvo por algún hecho muy especial, nunca suelo utilizarlo para comentar cosas que no se circunscriban a ese ámbito informativo.

Sin embargo, la gran golfada (puesto que no tiene otro nombre) que han vuelto a protagonizar tanto Ticketmaster como plataforma para la venta de entradas como Doctor Music, la promotora del concierto, ha sido nuevamente repugnante y ya pasa de castaño oscuro.

Por eso, como fan impenitente del Boss y como seguidor acérrimo, que lleva viéndole en directo desde su primera visita a Madrid, un lejano 2 de agosto de 1988 me he animado a usar mi modesto «pedestal» para dirigirles una carta abierta a ambas compañías.

Cartel anunciador de la última gira de Bruce Springsteen
Cartel anunciador de la última gira de Bruce Springsteen

La gran golfada

Un año más, y fieles a nuestra cita con Ticketmaster (la antigua ticktackticket) los fans de Bruce Springsteen hemos tenido que soportar un nuevo esperpento a la hora de comprar nuestras localidades para los tres conciertos de la gira que el cantante de New Jersey dará en España el próximo mes de mayo.

De nuevo, y como viene ocurriendo con los servidores de la conocida empresa de venta de localidades al menos desde 2006 que yo recuerde, la compra de entradas (especialmente para los conciertos más multitudinarios, esto es, Barcelona y Madrid) ha sido un auténtico suplicio.

Sin posibilidad de acceder a la web, con las líneas caídas y eternas colas virtuales prácticamente desde el minuto 1 de su puesta a la venta, el sistema ha colapsado. Colas de más de media hora en las que, de forma sorpresiva, el sistema informático te echaba de forma reiterada,

Y, para aquellos afortunados que lograron su propósito, también hubo que sufrir otras colas para seleccionar las entradas (ojo por su precio, que no por su ubicación) y otras tantas para simplemente imprimirlas.

Entradas disponibles que, en el momento de ir a pagar, se desvanecían y te retrocedían a la lista de espera, pasando por el contrasentido de ir a elegir seis entradas y que el sistema te asigne su ubicación de forma aleatoria, sin que esas seis entradas puedan ser correlativas y distribuidas en el campo a su leal saber y entender, sin posibilidad de intervenir en su localización.

soldoutEn definitiva, una auténtico caos que no por ser recurrente deja de ser más indignante. Porque, señores de Ticketmaster y Doctor Music, esto ocurre, como digo, en todas las ocasiones que, al menos yo, he podido vivir para comprar mis localidades en la infinidad de conciertos de Springsteen a los que he tenido la oportunidad de asistir estos años y sin que nadie haya puesto el más mínimo medio para solucionar.

De hecho, en pleno 2016 parece un auténtico contrasentido que, pudiendo elegir precio y sobre todo, ubicación de mis entradas para asistir al fútbol o al cine, resulte que para un evento como este concierto, de forma puntual y aislada, el sistema no me permita a estas alturas no ya elegir localidad por su precio, sino por su simple ubicación.

Es demencial que quiera sacar seis entradas de grada (con independencia de su precio y localización) y no me sea posible hacer que esas seis personas que asistiremos al concierto no podamos estar juntos (o al menos lo más cercano posible) y que sea el sistema, arbitrariamente, quien decida dónde se ubican unos u otros.

Lo más sangrante de esto es que las comisiones por intermediación en la venta de las entradas no dejan de subir cada año y ya vamos por nueve euros por localidad, a cambio de nada. Sin embargo todavía se sigue usando este arcaico, ridículo, tercermundista y obsoleto sistema de venta de entradas.

Pero claro, es más fácil tanto para la promotora como para la compañía de venta de tickets dejar las cosas como están y aguantar el chaparrón. Y me da igual quién puesto que todos son responsables en su medida de este desastre.
Un aluvión que, como digo, de forma recurrente les suele caer en cada gira, por no invertir en mejorar los servidores y modificar los procesos o hacerlo lo justo, sabedores de que el dinero les va a entrar en vena ya que, pese a todo, no va a quedar una localidad sin vender.

Sin importarles una higa si los fans y seguidores del Boss pasamos las de Caín para poder hacernos con una localidad. Olvidando que muchos de los que buscamos entradas somos trabajadores y por tanto, no podemos estar pendientes de la pantalla del móvil o del ordenador y de una cola virtual interminable.

Finalmente y a pesar de los pesares, me puedo dar con un canto en los dientes porque, gracias a un gran amigo, pude conseguir mis entradas aunque en modo alguno las que quería.

Yo buscaba abajo, donde siempre he vivido mis conciertos de Bruce pero insisto, gracias a la perseverancia de mi amigo, pude conseguir una entrada de 104 eurazos de grada, eso sí, «de visibilidad limitada», que hace falta tener poca vergüenza para sacar a la venta entradas así y cobrarlas a ese precio. Desgraciadamente, otros amigos míos no han tenido tanta suerte y se quedaron sin su ansiado triunfo…

Por último, y aunque estoy convencido que esta carta no pasará de la papelera de reciclaje del Community Manager de turno o de algún pobre miembro del Servicio de Atención al Cliente de Ticketmaster, no quiero dejar pasar la oportunidad  de ejercer al menos mi derecho al pataleo.

Aun así, y desgraciadamente, no cuento con que nadie, ni en la promotora ni en la compañía, tomarán medidas y la próxima gira del Boss volveré a sufrir lo indecible para poder hacerme con unas entradas.

Mientras tanto, otros, a razón de 9 euros limpios por entrada, seguirán llevándoselo crudo ignorando una vez más las demandas de sus sufridos consumidores…