Con motivo de la inminente disputa del GP de Australia, la primera prueba de la temporada, el equipo Renault F1 ha presentado los que serán sus definitivos «colores de guerra» para este año.

Tras su presentación de su nuevo Renault RS16, llevada a cabo en febrero, todo apuntaba a que el negro riguroso sería el color del equipo para esta temporada que se avecina. Incluso durante los entrenamientos invernales en Barcelona, ése fue el color de sus monoplazas.
Sin embargo, y apenas a un par de días para que la temporada 2016 levante de forma oficial el telón, Renault ha sorprendido a todos con un cambio radical en la librea de sus monoplazas con una vuelta a los tradicionales colores amarillo y negro.
De hecho, salvo el exitoso período de 2002 a 2007, tras su segundo retorno a la Fórmula 1 y en los que los monoplazas galos «vistieron» el famoso color azul que popularizó Fernando Alonso, el equipo francés siempre tuvo como color más característico el amarillo.

Unas veces, como en sus primeros años en la Fórmula 1 (entre 1977 y 1985), combinado con el blanco y el negro y otras, como en sus últimas tres temporadas (2008, 2009 y 2010), con el naranja y el blanco. Por eso sorprendió ver que, en su vuelta al Gran Circo este año, el negro fuese el color dominante.
Ahora, tanto Jolyon Palmer como Kevin Magnussen serán mucho más fácilmente reconocibles en la parrilla gracias a su nuevo color que, sin duda, le devuelve mucho más sabor a la escudería gala.