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El fabricante japonés Mitsubishi ha confesado la existencia de una serie de irregularidades en los controles de emisiones contaminantes en algunos de sus vehículos.

Así lo confirmó ayer la marca japonesa en una rueda de prensa protagonizada por su presidente Tetsuro Aikawa. En su comparecencia pública, el directivo japonés confirmó que al menos 625.000 coches de la firma estaría afectados por esta «anomalía».
En concreto, se trataría de unidades pertenecientes a los modelos eK Wagon y eK Space, comercializados directamente por Mitsubishi, así como los modelos Dayz y Dayz Roox, comercializados por Nissan.
El anuncio cayó como una bomba en el parquet de la Bolsa de Tokio, provocando un desplome casi instantáneo de las acciones de Mitsubishi de un 17% y, en menor medida, de Nissan, cuyos títulos cayeron un 2,5%.
Finalmente la caída se quedó en un 15,16% al acabar la sesión, a pesar de que la revelación del problema se produjo apenas a media hora del cierre, en el peor día de la marca japonesa en la Bolsa de Tokio desde julio de 2004.
En todo caso, y con el fin de evitar los indiscutibles paralelismos con el ya tristemente famoso «Dieselgate» de Volkswagen, Mitsubishi ha vuelto a convocar a los medios en una nueva conferencia de prensa, que se celebrará en breves fechas.
Recordemos que el pasado mes de octubre -y a raíz precisamente del escándalo de Volkswagen- el gobierno de Japón realizó una serie de investigaciones, que concluyeron que ningún fabricante japonés había manipulado el software para esconder las emisiones contaminantes de sus vehículos.