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Ante unas gradas absolutamente repletas, con más de 280.000 espectadores, la 84ª edición de las 24 Horas de Le Mans ha vuelto a ofrecer un espectáculo memorable, con un final dramático, a la altura de la mítica prueba de resistencia francesa.
Victoria in extremis de Porsche en LMP1
El equipo Porsche ha repetido victoria, la 18ª de su palmarés como fabricante, tras un final de infarto, después de 23 horas y 55 minutos de dura lucha a brazo partido entre ellos y Toyota y Audi.

Toyota, que llegaba a Le Mans con la incógnita del rendimiento de su nuevo TSM050, dominó prácticamente toda la carrera de la mano de la terna integrada por Sebastien Buemi, Kazuki Nakajima y Anthony Davidson.
De hecho, el último stint del equipo japonés fue excelente y, de la mano de Nakajima, lograba aumentar incluso la ventaja que tenía sobre el equipo alemán hasta el minuto y medio, con lo que la victoria de Toyota se daba ya por hecha.
Sin embargo, y con todo a favor de los japoneses, la desgracia quiso que una avería a escasos cinco minutos de finalizar la prueba dejara sin potencia al coche ante la frustración de su piloto.
El coche se quedaba tirado en la zona de podium y, aunque lentamente y a duras penas lograba llegar a meta, después de 12 interminables minutos, era superado por el segundo Porsche 919 Hybrid, pilotado por el suizo Neel Jani, el francés Romain Dumas y el alemán Marc Lieb, que se encontraron con un inesperado triunfo.
Al menos, Toyota se fue a casa con el sabor agridulce de la segunda plaza, lograda por el segundo de sus coches, pilotado por el japonés Kamui Kobayashi, el francés Stephane Sarrazin y el británico Mike Conway.
Los japoneses estuvieron acompañados en el cajón por el equipo Audi de Lucas Di Grassi, Loïc Duval y Oliver Jarvis, que salvaron el honor para Audi, en una de las peores actuaciones que se le recuerdan.
Pocas veces tendrá tan a la mano Toyota una victoria en Le Mans, especialmente viendo cómo los grandes favoritos para ganar en Le Mans fueron cayendo a lo largo de la tarde-noche del sábado.
El primero en decir adiós a sus opciones fue el Audi de Marcel Fässler, André Lotterer y Benoît Tréluyer, a los que un problema en el turbo les hizo perder 20 minutos y todas sus opciones de victoria.

El segundo fue el Porsche número 1, pilotado por Mark Webber, Brendon Hartley y Timo Bernhard, a los que un problema en la temperatura del agua les obligaba a abandonar al llegar la medianoche.
Exhibición sin premio de Roberto Merhi en LMP2
La categoría de plata del mundo de la Resistencia estuvo dominada en gran parte por el Nissan-Oreca del equipo Manor, pilotado por Roberto Merhi, Tor Graves y Matthew Rao.
Precisamente fue el compañero del castellonense quien, a cuatro horas del final de la carrera perdió el control de su Manor y acabó empotrándose contra las protecciones cuando estaba luchando con la cabeza de carrera, arruinando el más que prometedor debut de Merhi en la dura prueba francesa.

En la buchaca del español, al menos, se lleva el honor de haberse hecho con la vuelta rápida y, lo que es más importante, un más que prometedor debut que sin duda, habrá abierto los ojos de muchos ojeadores del mundo de la competición.
Finalmente, el triunfo fue para el Alpine Nissan pilotado por el norteamericano Gustavo Menezes, el francés Nicolas Lapierre y el monegasco Stéphane Richelmi, que protagonizó una espectacular vuelta de la firma francesa a la prueba de resistencia.
En segundo lugar finalizó el Oreca Nissan del equipo G -Drive del británico Will Stevens, el ruso Roman Rusinov y el alemán René Rast. En tercer lugar acabaron los rusos del equipo SMP Racing, con un Nissan BR01 capitaneados por el veterano Vitaly Petrov, acompañado de Viktor Shaitar y Kirill Ladygin.
Dominio de Ford en su debut en GTE Pro
En la categoría GTE-Pro se produjo el más que afortunado debut del espectacular Ford GT-40 del equipo Chip Ganassi Racing, que logró meter a sus dos coches en el pódium.

El primero fue el pilotado por Joey Hand, Dirk Müller y Sébastien Bourdais, mientras que el segundo de ellos, con el australiano Ryan Briscoe, el británico Richard Westbrook y el neozelandés Scott Dixon a los mandos, firmó la tercera posición.
Se da la circunstancia que la victoria de Ford se produjo exactamente 50 años después del último triunfo de la marca del óvalo en Le Mans con el mítico GT allá por el año 1966.
El equipo norteamericano estuvo escoltado en el pódium por un viejo conocido del mundo del Motor, como es Giancarlo Fisichella. El italiano, que formaba equipo con Toni Vilander y Matteo Malucelli a bordo del Ferrari 488 GTE de la escudería Risi Competizione acabó en la segunda posición.
Ferrari arrasa en la categoría GTE-Am
Por su parte, la categoría GTE-Am estuvo dominada por los Ferrari. El primero de ellos fue el 458 Italia GT2 de la Scuderia Corsa de los estadounidenses Bill Sweedler, Townsend Bell y Jeff Segal.

Detrás de ellos acabó otro Ferrari 458 Italia GT2, en concreto, el del equipo AF Corse, integrado por François Perrodo, Emmanuel Collard y Rui Aguas.
En tercer lugar finalizó el favorito de la categoría, el Porsche 911 RSR del equipo Abu Dhabi ProtonRacing, pilotado por Khaled Al Qubaisi, Patrick Long y David Hansson Heinemeier.
Frédéric Sausset, el héroe del día
Las 24 Horas de Le Mans siempre dejan algún tipo de protagonista anónimo o, cuando menos, lejos de los focos de la fama. Sin embargo, pocos tienen el valor del héroe de este año, encarnado en la figura del francés Frédéric Sausset.
El nombre del piloto galo, a priori, es un desconocido para el gran público pero su historia se ha convertido en todo un motivo inspirador para el mundo del Motor en particular y para el gran público, en general.

Sausset, cuádruple amputado, perdió sus brazos y sus piernas debido a una enfermedad que estuvo a punto de costarle la vida. Sin embargo, lejos de amilanarse, quiso cumplir su sueño que no era otro que el de pilotar en las 24 Horas de Le Mans.
El francés, todo un ejemplo de superación, no sólo logró su sueño de pilotar, haciéndolo en un coche adaptado y formando equipo junto a sus compatriotas Christophe Tinseau y Jean-Bernard Bouvet sino que además logró la hazaña de terminar la carrera.
El tiempo y la posición eran lo de menos. Lo importante había sido la lección que había dado al mundo entero, que le valió el reconocimiento de la organización cuando fue invitado al podium y fue galardonado con un premio especial, compartiendo la gloria de los vencedores.
El primero en felicitarle fue Romain Dumas, integrante del equipo Porsche que ganó la carrera, quien afirmó:«El nos ha enseñado a todos una lección en la vida».
Sausset completó ocho stints, los mismos que el resto de compañeros del equipo, que no tenían ningún tipo de discapacidad, lo que demuestra la fortaleza física y mental del galo para hacer frente a esta durísima prueba.