El GP de Austria nos dejó la segunda aparición pública del HALO, una versión revisada por Ferrari del sistema de protección del cockpit para los pilotos inicialmente creada por Mercedes el pasado año.

El nuevo diseño es ahora más ligero y cuenta con un arco más amplio, con lo que se ha conseguido salvar uno de los principales escollos señalados por los expertos, como era el riesgo de que la cabeza del piloto pudiese colisionar con la barra en caso de impacto..
En este ensayo se ha ido más allá que lo que pudo verse en los tests de pretemporada en Barcelona -o, más recientemente con la prueba del Aeroscreen de Red Bull en Sochi- en los que se limitaron a su instalación en sus coches y a dar un par de vueltas a baja velocidad.
En esta ocasión lo que se ha llevado a cabo es un simulacro de extracción de un piloto herido, con el fin de valorar el tiempo de de respuesta en caso de accidente. Precisamente, una de las grandes dudas que suscita el HALO es el tiempo de reacción para la evacuación de un piloto herido y el riesgo de quedarse atrapado en el cockpit en caso de accidente.
Por este motivo, en el box de Ferrari se procedió a simular un accidente en el que un mecánico de la firma italiana hizo de piloto herido y, en presencia de los médicos del circuito y personal de la FIA, se llevó a cabo la prueba.
Finalmente, el test se saldó con un tiempo cercano a los 10 minutos, que fueron los que tardaron los comisarios en poder rescatar al piloto del habitáculo, por lo que desde Ferrari y la FIA seguirán trabajando para mejorar en la medida que puedan las condiciones de seguridad del HALO.
Recordemos que la próxima temporada el uso este tipo de dispositivos de protección para los pilotos (el único, habida cuenta que Red Bull desistió de implementar su Aeroscreen) será obligatorio en todos los monoplazas.