- Volkswagen llama a revisión a los motores 1.2 TDI
- El Grupo Volkswagen decide congelar todas sus inversiones a nivel mundial
Volkswagen sigue con su particular mal fario. Tras el Dieselgate y el nuevo anuncio de llamada a revisión de casi medio millón de sus motores 1.2 TDI, ahora ha sufrido un nuevo e importante revés, a cuenta de un grave problema con unos proveedores, que ha motivado la suspensión de la producción de sus modelos Golf y Passat en Alemania.

El conflicto surgido con la multinacional croata Prevent, suministrador de piezas para las cajas de cambio y los asientos de los citados modelos, ha obligado a detener su producción al menos hasta finales de agosto en las seis fábricas que el gigante alemán mantiene en territorio alemán.
Según alega Prevent, el fabricante germano habría incumplido varios contratos relativos al suministro de piezas, lo que les habría obligado a suspender el suministro como única medida de presión.
La cuestión no es, en absoluto, baladí ya que esta paralización en la producción de los Golf y Passat ha afectado a un total de 28.000 trabajadores, distribuidos en las plantas de Wolfsburgo, Emden, Zwickau, Kassel, Salzgitter y Braunchsweing.
Además, y según cálculos del banco suizo UBS, esta paralización podría generar a Volkswagen una merma de 100 millones de euros brutos en sus ingresos..
El caso está ante el Tribunal de la localidad alemana de Braunschweig, que ha dictado un requerimiento temporal para que los proveedores reanuden las entregas del que, como han informado fuentes de la marca germana, han hecho caso omiso hasta la fecha.
No obstante, y con independencia de lo que acuerden los jueces alemanes, ambas partes se han sentado a negociar y se espera que, en breve, se pueda encontrar una salida a este conflicto.