Cuando el pròximo día 27 de noviembre Felipe Massa se baje de su monoplaza, dirá adiós al Gran Circo con casi 250 Grandes Premios disputados en 14 temporadas a sus espaldas, dejando tras de sí 11 victorias y 41 pódiums,

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La victoria en Interlagos 2008, la más amarga de su carrera

Unos datos que revelan que Massa deja tras de sí la imagen de un gran piloto pero del que siempre nos quedará la sensación de que la fortuna le privó de brillar mucho más de lo que lo hizo en realidad.

Un prometedor debut y su llegada a Ferrari

El piloto de Sao Paulo debutó en la Fórmula 1 el año 2002 con el equipo Sauber, donde permaneció tres temporadas, con dos cuartos puestos (Bélgica 2004 y Canadá 2005) como mejores resultados.

Su experiencia como piloto probador en Ferrari en 2003, así como sus buenas maneras al volante en sus tres años en Sauber le abrieron las puertas de La Scuderia, a la que llegó en 2006 como escudero de Michael Schumacher, en sustitución de su compatriota Rubens Barrichello.

Su primer año en Ferrari se puede considerar como bastante bueno. Massa acabó el año con dos  victorias (Turquía y Brasil) y cinco pódiums en su haber y tercero en el Mundial de Pilotos, por detrás del campeón Fernando Alonso -por aquel entonces en Renault- y de su compañero.

Sauber Formula one Italian driver Gianca
Felipe Massa durante su etapa como piloto en Sauber

La retirada del Kaiser al finalizar 2006 y su excelente rendimiento en su temporada de debut en Ferrari le otorgaron en 2007 unos más que merecidos galones en Maranello, en dura competencia con su nuevo compañero, Kimi Raikkönen.

Sin embargo, y aunque el brasileño rozó la gloria, fue su compañero el que se acabó llevando uno de los Mundiales más disputados que se recuerdan de los últimos años. El brasileño acabó en cuarto lugar, firmando tres triunfos (Bahrein, España y, de nuevo, Turquía), y seis pódiums, a 16 puntos de Raikkönen.

Interlagos 2008, de la gloria al infierno

A pesar de no llevarse el título en 2007, Felipe Massa afrontó el año 2008 como uno de los grandes favoritos para optar al Mundial, junto su compañero al finlandés Raikkönen.

La marcha de Fernando Alonso, rumbo a Renault y el hecho de que Lewis Hamilton, la gran revelación de 2007, hubiese dejado muchas dudas sobre su fiabilidad en los momentos clave, le habían abierto a Massa las puertas al título de par en par.

Sin embargo, y a pesar de que ese año el brasileño firmó su mejor temporada como piloto profesional, la suerte le fue esquiva y aquel campeonato se le escapó de la forma más cruel que se recuerda.

Aquel año Massa logróada menos que seis victorias y cuatro pódiums, insuficientes para lograr el ansiado título mundial.

Massa llegaba a la última carrera del año, el GP de Brasil con todo por decidir. Para ser campeón, el brasileño necesitaba ganar la carrera y que su rival -y líder del campeonato- Lewis Hamilton debía acabar al menos sexto.

Aquella carrera fue absolutamente demencial pero todo se le puso de cara al brasileño. El piloto de Ferrari hizo lo que tenía que hacer, que era ganar mientras que Hamilton , que había vuelto a fallar como le pasó un año antes en el mismo escenario, rodaba perdido en la mitad del pelotón, en sexto lugar y sin apenas opciones.

Sin embargo, y cuando Massa celebraba en el box la consecución de su primer título ocurrió lo que nadie esperaba y Lewis Hamilton lograba dar alcance al Toyota de Timo Glöck y le rebasaba en la última curva del circuito.  Gracias a esto, el británico sumó un punto más que Massa y se hizo con el título, ante la mayúscula decepción de Massa, su equipo y la torçida local.

Hungaroring 2009 y la trágica tuerca 

Con la duda de cómo iba a afectar el varapalo vivido en 2008, la temporada 2009 supuso el principio del ocaso de Massa en la élite. Una temporada aciaga que supuso la confirmación de su mal fario.

Desde el punto de vista deportivo, Ferrari sufrió una temporada lamentable, con un coche mecánicamente infame que le privó de luchar por el título. Pero desde el punto de vista personal, aquel año supuso un antes y un después para el brasileño.

En concreto, ocurrió un 25 de julio en Hungaroring cuando Massa sufrió un accidente, tan estúpido como grave, que no sólo le apartó de la Fórmula 1 durante el resto de la temporada sino que a punto estuvo de costarle la vida.

Durante los entrenamientos de calificación para el GP de Hungría, cuando una pequeña tuerca que se había desprendido del Brawn de su compatriota Rubens Barrichello impactó directamente contra su cabeza.

El golpe fue tremendo ya que, como si de una bala se tratase, la famosa tuerca atravesó el kevlar del casco y se incrustó a escasos centímetros de su ojo izquierdo.

Inconsciente, Massa acabó empotrado contra las protecciones y fue evacuado a un centro médico cercano. Allí fue sometido a una importante cirugía que le salvó la vida aunque le imposibilitó poder volver a correr durante el resto del año.

La llegada de Fernando Alonso a Ferrari, el golpe definitivo y su marcha a Williams

Desde su desdichado accidente, Massa nunca volvió a ser el mismo. Especialmente desde que en 2010 se produjo la llegada de Fernando Alonso a Ferrari en lugar de Kimi Raikkönen, lo que supuso que el brasileño pasase a ocupar un segundo plano en Maranello.

Y por si le había quedado alguna duda al brasileño sobre cuál iba a ser su papel en el equipo, a pesar de que no lo estaba haciendo nada mal ese año, ya se lo dejaron bien claro  durante la disputa de GP de Alemania de aquel año.

A pesar de que no lo estaba haciendo nada mal hasta ese momento, y cuando lideraba la carrera, Massa era conminado por radio a dejarse rebasar por Fernando Alonso aun cuando tenía serias opciones para ganar. Finalmente acabó segundo tras su compañero pero su cara en el pódium no dejaba ningún lugar a la duda.

Desde ese mismo instante, Massa perdió el sitio y, lo que es peor, la autoconfianza y comenzó un lento pero paulatino declive. Tras dos años en los que fue seriamente cuestionado, su periplo en Maranello acabó en 2013 con su salida de Ferrari y su fichaje por Williams.

Felipe Massa en el pódium del último GP de Italia
Felipe Massa en el pódium del último GP de Italia

Sin embargo en 2014, un año marcado por la revolución normativa vivida en la Fórmula 1 y,  a pesar de unos inicios dubitativos, pudimos volver a ver a una buena versión de Felipe Massa.

Poco a poco supo aprovechar las mejoras del equipo en el último tercio de la temporada  y acabó subiéndose al cajón hasta en tres ocasiones, con un segundo puesto en Abu Dhabi y dos terceros puestos (Italia y Brasil), finalizando en el séptimo lugar del Mundial.

Estos buenos resultados animaron a la dirección deportiva de Williams a renovar  su contrato por un año más. Massa respondió con otra buena temporada, marcando el sexto puesto final y ayudando con dos pódiums (Austria e Italia) a que Williams finalizase tercero en el Mundial de Constructores.

Sin embargo, 2016 ha supuesto la vuelta del Massa más gris, coincidiendo con un empobrecimiento de la mecánica del FW39, que este año ha estado cada vez más lejos de la cabeza.

Esto ha provocado un abatimiento cada vez mayor en la frágil moral del brasileño quien, tras una sucesión de malas carreras (especialmente Alemania donde tuvo que batirse el cobre con los Sauber y los Manor en la cola del pelotón)

A partir de ese momento se empezó a ver a un Massa muy desmotivado, sin ilusión por seguir lo que unido a que Williams empezó a aplazar la decisión sobre su continuidad en el equipo, han terminado por decidir al brasileño a colgar el casco a partir del próximo mes de noviembre.