En una rocambolesca carambola del destino, Marc Márquez se ha alzado con su tercer campeonato de MotoGP de forma matemática y, casi contra todo pronóstico, tras la disputa del GP de Japón.

Un exultante Marc Márquez celebra su título en el pódium de Motegi
Un exultante Marc Márquez celebra su título en el pódium de Motegi

Y es que a nadie se le escapa que el de Cervera tenía todos los ases en la mano para conseguir el campeonato de esta temporada ya que su diferencia sobre sus inmediatos perseguidores, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, era lo suficientemente jugosa como para situarle como máximo favorito al título.

Lo que nadie o muy pocos creían es que las posibilidades matemáticas que necesitaba Márquez para proclamarse campeón, se iban a dar de una sola tacada y que el piloto de Honda se iba a llevar el título a las primeras de cambio.

Además, para rematar la faena, el piloto español logró la victoria en uno de los pocos circuitos en los que aún no había logrado subir a lo más alto del cajón, por lo que el sabor de este triunfo es todavía más agradable.

La carrera soñada

Asi pues, el catalán llegaba a Motegi con 52 puntos de ventaja sobre Valentino Rossi y nada menos que 64 sobre Lorenzo. De esta forma, y aunque se presentaba difícil, bastaría con que la diferencia al acabar el GP de Japón entre Márquez y el resto fuese como mínimo de 70 puntos para que el catalán se llevase su tercer Mundial.

Eso pasaría exclusivamente por el hecho de que Rossi no puntuase, algo difícil ya que siempre que ha terminado este año, lo ha hecho en los puntos, y que Lorenzo quedase fuera del pódium.

Marc Márquez, campeón del mundo de MotoGP por tercera vez
Marc Márquez, campeón del mundo de MotoGP por tercera vez

Así las cosas, la carrera comenzó con una salida fulgurante de Marc Márquez, que apenas tardó cuatro vueltas en ponerse en cabeza, perseguido por Rossi y más atrás por Jorge Lorenzo, que no podían seguir el ritmo del español

Sin embargo, los acontecimientos no tardaron en precipitarse ya que, llegados al ecuador de la carrera, el italiano se iba al suelo en la curva 10 y, aunque logró recuperarse y volver a pista, su maltrecha Yamaha acabó por pararse, teniendo que abandonar instantes después.

De esta forma, se le ponía gran parte del Mundial de cara ya que muy pocos contaban con un nuevo»cero» en el casillero de Rossi y menos en una carrera como ésta, en la que se jugaba su futuro en el campeonato.

Faltaba, eso sí, que se cumpliese la segunda premisa y es que Lorenzo quedase fuera del pódium y eso no estaba ocurriendo. Con la caída del italiano, el mallorquín trataba de seguir a duras penas el ritmo endiablado de Márquez, que veía su victoria en Motegi cada vez más cerca.

Sin embargo, faltaba la traca final, que se produjo a falta de cinco vueltas para acabar la carrera cuando , de forma inexplicable, Lorenzo también se fue al suelo dejando el campeonato absolutamente en bandeja al piloto de Honda.

Esas cinco últimas vueltas debieron hacérsele eternas a Márquez, al que le bastaba con cruzar la línea de meta para lograr el ansiado -e inesperado- premio.

Finamente, no hubo lugar a la sorpresa y con una madurez , supo mantener el ritmo y, ya sin oposición, lograba su quinto triunfo del año  y su quinto entorchado mundial, tercero de la máxima categoría.

En ese momento se desató la locura en el box de Honda, tras una sufrida temporada en la que las motos de la firma japonesa se mostraron inferiores a las Yamaha, las grandes favoritas que finalmente no confirmaron su favoritismo, dejando escapar un título en el que ni los propios responsables de Honda creían.

El triunfo de la constancia y la madurez

Este Mundial, sin duda el más sufrido y trabajado de los cinco que adornan ya el palmarés de Marc Márquez a sus tiernos 23 años, se ha cimentado en una enorme regularidad plasmada en que no abandonó ni una sola carrera en todo lo que llevamos de temporada.

Todo lo contrario de sus dos grandes rivales, Rossi y Lorenzo cuya Yamaha era una montura, a priori, más fiable y potente que la Honda del campeón.

De hecho, Rossi ya ha sumado tres abandonos esta temporada, por dos de su compañero Lorenzo. Evidentemente, esto ha lastrado severamente sus opciones de ganar el Mundial, a pesar de haber ganado dos y tres carreras, respectivamente.

Una madurez y fortaleza mental de Márquez, que salvo en Francia, donde finalizó en 13ª posición, le ha permitido ganar cinco carreras sino a subirse al cajón seis veces más y con un quinto puesto como peor posición en 15 grandes premios, pero que nunca le hizo perder los nervios en los peores momentos.

Ahora, Marc Márquez con sólo 23 años, siete meses y 27 días, se ha convertido en el piloto más joven de la historia del Motociclismo en firmar un triplete en la máxima categoría, superando

Tres títulos a los que habría que sumar otros dos títulos más (uno de 125 cc en 2010 y otro en Moto2 en 2012) y atesora ya cinco mundiales, uniendo su nombre al de grandes mitos del motociclismo como Mick Doohan, Anton Mang y el propio Jorge Lorenzo.