Aunque había algunas dudas acerca de la posibilidad de que las 500 Millas de Indianápolis pudiesen disputarse ante el riesgo de lluvia, la mítica carrera en el circuito oval se acabó celebrando y, de nuevo, no volvió a decepcionar.

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Takuma Sato, con el tradicional trago de leche de los vencedores de las 500 Millas

Las 200 vueltas al trazado de Indianápolis Motor Speedway nos dejaron una carrera plena de alternativas e incidentes en la que Fernando Alonso rayó a un magnífico nivel.

Rodando siempre en el grupo de cabeza, el asturiano llegó a liderar la prueba en varias ocasiones. De hecho estuvo casi 30 vueltas en cabeza y con un ritmo ciertamente interesante.

Además de esto, Alonso incluso gozó de opciones más que serias para llevarse la carrera, en tanto que tres de sus grandes rivales y favoritos para el triunfo como Scott Dixon, Ryan Hunter-Reay y Alexander Rossi, habían idoo quedando fuera de combate por distintos motivos.

El caso de Dixon fue especialmente dramático. El poleman de la carrera circulaba en la zona delantera cuando, sin comerlo ni beberlo, en la vuelta 53, se encontró de bruces con el monoplaza de Jay Howard, que venía sin control tras golpear el muro de la curva 2.

El impacto fue tremendo y muy espectacular ya que el monoplaza de Dixon salió literalmente volando varios metros hasta impactar violentamente contra las vallas de protección de boxes. A pesar de la espectacularidad del accidente, tanto Dixon como Howard salieron milagrosamente ilesos.

La gravedad del accidente provocó la suspensión de la carrera durante casi 20 minutos, hasta que los comisarios no limpiaron los restos del accidente y restañaron la valla de seguridad, que había quedado detrozada por el impacto.

Tras relanzarse la carrera, Fernando Alonso se situó al frente de la carrera durante numerosas vueltas, en dura pugna con Alexander Rossi y Hunter-Reay, a los que se fueron uniendo tanto Helio Castroneves como Max Chilton.

Con distintas alternativas en cabeza, la llegada de Castroneves al grupo delantero animó bastante la carrera, sobre todo tras el accidente de Buddy Lazier, cuyo Chevrolet se estampó contra las protecciones en la vuelta 122.

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Fernando Alonso, entre Tony Kanaan,y JR Hildebrand durante la carrera

El piloto brasileño se convirtió, junto a un cada vez más apagado Alonso -que aún así, no bajaba del top 10- en los únicos grandes favoritos, aunque dos pilotos como Takuma Sato y el español Oriol Serviá empezaban a dejarse ver entre los mejores.

El motivo, el abandono de Ryan Hunter-Reay por problemas mecánicos y que Alexander Rossi, que estaba llevando a cabo una gran carrera se vio desplazado al furgón de cola tras un error en su último repostaje.

Un problema con la manguera que debía aprovisionarle de combustible demoró excesivamente su pitstop y el piloto norteamericano se vio relegado al 21º puesto, lo que de facto le dejaba fuera de toda opción al triunfo.

La pelea se animó aún más cuando, a falta de 40 vueltas, Max Chilton se aupó a la cabeza e impuso un ritmo muy alto que le permitió mantener a raya a sus competidores, en especial a Castroneves,

Sin embargo, a falta de 21 vueltas ocurrieron dos circunstancias que cambiaron radicalmente el panorama de la carrera.

En primer lugar, el abandono inesperado de Fernando Alonso por motivos técnicos cuando se disponía a asaltar la cabeza, tras unas vueltas en las que parecía haber perdido comba con los mejores.

Fernando Alonso, durante uno de sus pitstops en Indianápolis
Fernando Alonso, durante uno de sus pitstops en Indianápolis

En segundo lugar, cuando una vuelta más tarde, el  tuvo que volver a pista tras un tremendo accidente provocado por un toque entre James Davison y Oriol Serviá, acabó con ambos coches contra el muro y, lo que es peor, afectando a Josef Newgarden y James Hinchcliffe, todos ellos fuera de carrera.

Una vez relanzada la carrera, a falta de nueve vueltas para el final, se desató un espectacular duelo por el triunfo entre Max Chilton, Helio Castroneves y un desatado Takuma Sato.

Tras varios intentos fallidos, Castroneves y Sato lograron echar el guante a Chilton en la vuelta 194, dejando la pelea en un mano a mano entre el Chevorlet Penske del brasileño y el Honda Andretti del nipón.

A falta de cinco vueltas para el final, Sato logró rebasar a Castroneves y ya no abandonó la cabeza hasta recibir la bandera a cuadros, a pesar de los denodados intentos del brasileño por adelantarlo.

Con su triunfo en Indianápolis y, dado que la carrera tenía como principal aliciente el doble de puntos en la clasificación de la Fórmula IndyCar, Sato se ha aupado hasta la tercera posición de la general, por detrás de Helio Castroneves y Simon Pagenaud.

Además, se convierte en el sexto piloto distinto que gana en las seis carreras que llevamos disputadas en la presente temporada.