La segunda jornada de tests de temporada, disputada en el circuito de Hungaroring, tuvo un protagonista destacado en la figura de Robert Kubica.

El piloto polaco volvía a ponerse a los mandos de un monoplaza de Fórmula 1 aunque en esta ocasión, la prueba era ya con «fuego real» y no con «balas de fogueo» como en las otras dos ocasiones precedentes.
Así pues, esta vez Kubica no sólo se subió a un coche de este mismo año, un Renault RS17, sino que además lo hizo en un test oficial de la FIA, con tráfico y condiciones reales de carrera en pista.
Por si fuera poco, el polaco, demostrando una forma física envidiable, se permitió el lujo de dar nada menos que de 142 vueltas al trazado de Hungaroring, en una maratoniana sesión de mañana y tarde de casi siete horas de duro trabajo al volante.
Un trabajo que le llevó, por ejemplo, a realizar numerosas tandas de 10 y 15 vueltas cada una y puso fin a su jornada con nada menos que cinco simulaciones de vuelta de clasificación, montando las gomas superblandas y ultrablandas de Pirelli.
El resultado de la prueba no pudo ser más halagüeño y esperanzador. Kubica marcó el cuarto mejor tiempo del día, con un crono de 1’18»572, a tan solo 1,4 segundos del mejor de los tiempos de la jornada, marcado por Sebastian Vettel y a menos de un segundo de Lando Norris (McLaren) y Kimi Raikkönen (Ferrari).
Para entender mejor la hazaña de Kubica, de haber participado en los entrenamientos de calificación del sábado pasado para el GP de Hungría, le habrían permitido pasar a la Q2 y partir en 13º lugar de la parrilla.
Nada mal para una persona cuyo brazo derecho está prácticamente inutilizado y que, como el propio Kubica confirmó después, corrió en un coche sin ningún tipo de ayuda o adaptación para su minusvalía.

Por eso no es de extrañar la enorme felicidad y satisfacción que le invadían cuando, nada más bajarse del monoplaza, Kubica era preguntado por sus sensaciones al volante.
«Ha sido una sensación fantástica para mí estar aquí hoy a bordo del RS17 y también ha sido increíble ver a tantos fans que se han acercado a verme a la pista, así que gracias a todos ellos. Ha sido un viaje increíble hasta aquí y me he respondido muchas preguntas a mí mismo», afirmó.
Asimismo, el piloto polaco ofreció su valoración sobre los coches de este año, que distan mucho tanto en motorización como en prestaciones, de los que pilotaba hasta 2011, cuando tuvo el fatídico accidente que le apartó de la Fórmula 1.
«Sobre estos coches he aprendido mucho ya que hay una cantidad razonable de diferencias entre él y los coches de Fórmula 1 que pilotaba en el pasado. El coche es ciertamente más ancho que antes. He sido capaz de trabajar a través del programa del equipo de manera metódica y creo que hemos hecho un buen progreso. Ciertamente mi comprensión del RS17 y los neumáticos de 2017 han sido grandes», aseguró.
Por último, Kubica fue muy críptico sobre su futuro en el Gran Circo. El polaco no quiso soltar prenda sobre qué le espera en próximas fechas, limitándose a agradecer al equipo Renault esta nueva oportunidad que le han brindado.
«Tras la experiencia de hoy es demasiado pronto para decir cuál será mi siguiente paso. Por ahora, le debo un gran agradecimiento a todo el equipo de Renault Sport por haberme permitido hacer esta prueba», concluyó el bravo piloto polaco.