Con un éxito de ventas digamos limitado, por no decir nulo, Mercedes-Benz ha anunciado la retirada del mercado de su Clase B Electric Drive, el modelo 100% eléctrico de su conocido compacto familiar.

La clave de su desaparición, tras casi cuatro años en el mercado, ha sido su escasísimo número de unidades vendidas, apenas 3.651 en todo el mundo. Un fracaso al que, sin duda, ayudó su altísimo precio (en España, p.ej., su precio de salida está en 44.200 euros), que no se compadecía en absoluto con sus 180 CV y 200 kilómetros de autonomía.
Unas cifras que muy pronto le desposicionaron claramente de otros rivales en el mercado, como el BMW i3 o el Volkswagen e-Golf, igualmente eléctricos pero más baratos y con unas prestaciones y autonomía como mínimo idénticas, si no superiores en alguno de los casos.
Sin embargo, esto no significa que el Grupo Daimler, la matriz mundial de Mercedes-Benz, no apueste por la movilidad eléctrica sino más bien todo lo contrario.
Así pues, a partir de 2018 la firma alemana lanzará Mercedes EQ, una subdivisión creada por y para el desarrollo y comercialización de los coches eléctricos de la marca.
De hecho, un portavoz de Mercedes ha anunciado una inversión de nada menos que 11.000 millones de dólares, con el fin de lanzar hasta 10 modelos eléctricos diferentes de aquí al año 2022. Un ambicioso objetivo con el que la marca germana aspira a que, llegados a esa fecha, entre el 15% y 25% del total de su producción sea eléctrica.