Aunque no hay confirmación oficial por ninguna de las partes implicadas, el portal Motorsport.com ha afirmado que la ruptura entre McLaren y Honda es un hecho y se hará oficial en pocas fechas.

De este modo, el fabricante japonés dejará de suministrar motores a la escudería británica desde el 1 de enero del próximo año, lo que sitúa a Renault como principal aspirante a convertirse en el proveedor oficial de McLaren en 2018.
De hecho, el citado portal, citando fuentes de toda solvencia, afirman que el acuerdo con Renault está firmado y tendrá una duración de tres años (hasta 2020) y puede traer consigo algunas consecuencias adicionales.
La primera y más importante, la continuidad al menos por un año más de Fernando Alonso en McLaren, cuya renovación estaba supeditada a la llegada de cambios de importancia en el seno del equipo británico.
La segunda es el posible traspaso de Carlos Sáinz a Renault, como compensación por parte de los de Faenza al hecho de que Toro Rosso muy probablemente rompa con la firma francesa y firme con Honda para el próximo año.
Honda y McLaren, un serie de catastróficas desdichas
El retorno de Honda a la Fórmula 1 en 2015 supuso un antes y un después en Woking, tras dos años de profundas decepciones de la mano de Mercedes, firma con la que habían compartido mesa y mantel durante casi 20 años.
Este hecho coincidió con la vuelta de Fernando Alonso al equipo británico, lo que hacía esperar que se podrían reverdecer viejos laureles con un motorizador como Honda, con la que McLaren vivió su etapa más gloriosa, entre 1988 y 1992.
Sin embargo, nada más lejos de lo esperado. Los tres años en los que Honda ha motorizado a los de Woking, los resultados han sido sencillamente lamentables, dejando tras de sí una evidente carencia de fiabilidad (28 abandonos en algo más de dos temporadas y media) y un rendimiento manifiestamente mejorable.
Esto ha producido una catarata de desencuentros que han llevado a ambas partes a un inevitable divorcio.