Se acabó la paciencia de Renault con Jolyon Palmer, cuya carrera en la Fórmula 1, al menos por esta temporada, ha llegado a su fin. La escudería del Rombo ha anunciado de forma oficial el despido del británico, cuyo volante será ocupado por Carlos Sainz.

La incorporación del madrileño, inicialmente prevista para 2018, se ha precipitado y Sainz se subirá al RS17 con carácter inmediato, de modo que el próximo GP de EE.UU. veremos al piloto español vestido con el color amarillo de Renault.
Según ha informado la firma gala, la rescisión del acuerdo con Palmer se ha producido de mutuo acuerdo, de forma que la amenaza que su padre y representante Jonathan Palmer realizó hace aproximadamente un mes, cuando se empezó a rumorear que su hijo no acabaría la temporada, no se llevará finalmente a cabo.
Recordemos que Palmer amenazó con llevar a Renault ante los Tribunales si, como apuntaban todos los rumores, su hijo era «cortado» por el equipo de cara al GP de Singapur y su puesto ocupado por Sainz.
En ese momento, el británico logró salvar su primer match-ball pero sus actuaciones no convencieron y, a pesar de que logró puntuar en Singapur y firmó una gran sexta plaza en Malasia,no ha sido suficiente para salvar su asiento, por lo que Japón será la última vez que se suba a un monoplaza de Fórmula 1, al menos vestido de amarillo.
«El Gran Premio de Japón será mi última carrera para Renault. Ha sido una temporada extremadamente desafiante y he pasado por mucho en los últimos tres años, pero ha sido un tremendo viaje en general con el equipo», afirmó Palmer en un comunicado hecho público en la web de Renault.
«Puedo mirar con orgullo el rendimiento en la segunda mitad de la temporada pasada, mi primer punto en Malasia y, por supuesto, alcanzando el sexto puesto en Singapur este año. Deseo al equipo todo lo mejor para el futuro. Mi objetivo inmediato es ahora lograr el mejor resultado posible en el GP de Japón, y luego evaluaré mis opciones para el futuro», concluyó.