
La llegada de Daniel Ricciardo a Renault, unida a la confirmación de Nico Hulkenberg como compañero del australiano, va a traer aparejada indefectiblemente la salida de Carlos Sáinz, al que de nada le ha servido su buen hacer en la escudería gala durante estos meses.
Por tanto, la gran duda ahora es saber qué pasa con el futuro inmediato del piloto madrileño, que pasa por dos posibilidades principalmente. La primera y más factible de las opciones lleva el color naranja de McLaren y la segunda, más difícil y remota, por Haas.
En el primer caso, la continua racha de malos resultados de Stoffel Vandoorne le han puesto en el disparadero y todo apunta a que no continuará en McLaren el próximo año. Asimismo, Fernando Alonso todavía no ha revelado su futuro, por lo que su asiento también podría quedar libre, lo que facilitaría aún más la llegada de Sáinz a Woking.
En el segundo caso, la posibilidad de ir a Haas, aunque mucho más complicada, pasaría por esperar a ver qué ocurrirá con Romain Grosjean y Kevin Magnussen. Ambos pilotos acaban contrato este año y no parecen estar cumpliendo con las expectativas, en especial el francés, que lleva un año terrible.
A partir de ahí, se abre un futuro ciertamente incierto para Sáinz dado que las puertas de Red Bull parecen selladas para él ya que, por regla general, una vez que un piloto que además ha estado tantos años vinculado a la firma austríaca, abandona ese «universo», no suele volver, salvo excepciones como Brendon Hartley,
Evidentemente, no hay sitio para él en Toro Rosso, del que salió el pasado año rumbo a Renault y en Red Bull parece que el equipo girará en torno a Max Verstappen y Pierre Gasly, quien seguramente heredará el volante de Ricciardo el próximo año.
Fuera de ahí no hay más opciones. Entre otras cosas porque no parece razonable que un piloto como él asuma dar un paso atrás en su carrera en la élite, aceptando un puesto en un equipo francamente menor como Sauber o en plena tormenta financiera y con riesgo grave de desaparecer como es Force India.